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Edgar

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Edgar

No quiero asustarla ni mucho menos enfadarme con ella por no tomar su lugar y dejar de entrometerse en mis asuntos, pero pensándolo bien, ella es ahora la testigo de mi día a día, por mucho que quiera ocultarle cosas tarde o temprano las descubriría.

—Zoe, no quiero gritarte, es lo último que quiero hacer hoy. Por favor, no preguntes— me acerco a ella y paso la palma de mi mano por su mejilla y ella se estremeció.

—Lo siento, ¿vale? Tienes razón, no debería de hacer esas preguntas, no me importa a dónde vas y dejas de ir, ni mucho menos quién eres.

Presioné los labios porque asegura que no debía de tener interés sobre mi persona—. Quiero que me preguntes sobre sí, te extrañé, si he dejado de pensar en ti, y por lo demás no te preocupes.

Asiente, sin mirarme, estaba molesta, pero lo disimula.

—¿Te apetece ir conmigo de viaje, mañana?

Sube sus ojos y se sorprende.

—¿En serio?

—¡Ajá! ¿Y dónde sería?

—Italia— sonríe y me causa gracia—. Es un sí, ¿no? — volví a decir al ver que no contestaba por la emoción.

— Es un súper sí.

Arrugué la frente y curvé los labios sacudiendo la cabeza al oír ¿súper si?

—Vale, descansa entonces. Y no estás sola en casa, Zeus estará aquí hasta que llegue.

Solté un largo y penetrante beso en su boca y me fui.

De hecho, hoy me tocaba trabajar de noche, mi equipo y yo estamos siguiendo a una banda criminal para detener al jefe de esta. Mi querido Lucas, sí, él fue un buen confidente y empleado mío.

—Inspector, según la fuente anónima que nos hace llegar la información de Lucas, arias JD. Tiene planeado la llegada de un buque a puerto de armas ilegales.

—¿Cuándo?

—Dentro de cinco días.

JD fue un hombre fiel cuando inicié en este mundo como mano derecha del jefe, el hombre que me enseñó todo y que ahora gobierno lo que él dejó.

¿Por qué hago esto? ¿Acaso no soy un criminal también? Lo soy, claro que lo soy, pero a diferencia de ellos yo soy de los dos bandos. No pierdo.

—Por cierto, menuda broma que le hicieron el otro día.

—¿A qué te refieres?

—Nos enteramos de que una chica llamó denunciando un secuestro en su casa.

Raptada por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora