Tenía dos opciones... Seguir el camino que acepté junto a él o separarme en la primera oportunidad que encuentre, pero eso sería dejar de amarlo y creo que es imposible.
—Edgar— digo su nombre en medio de la oscuridad de la habitación, lo busqué en la cama y al parecer no estaba.
Encendí la luz y solo vi su lugar vacío, ni rastro de él.
Cubrí mi cuerpo con su camisa blanca y bajé en silencio hacia el salón.
Siendo sigilosa y con el corazón latiendo rápidamente, pude escuchar los gritos de un hombre agonizando entre súplicas y dolor.
La piel se me erizó y mi corazón se encogió, me guie por aquella voz masculina y todo indicaba de dónde venía.El sótano.
Los recuerdos me aturden cuando estaba encerrada en ese lugar, y ahora que alguien más estaba ahí, la rabia junto a la decepción se sujetaron de la mano y bajé con cuidado hasta llegar a ese agujero.
De refilón y con el pulso a mil, pude ver la tortura que Edgar le estaba dando a ese hombre.
Mi pecho se quedó sin aire y las lágrimas no tardaron en salir, no sabía que tan mal estaba haciendo al estar ahí y ver lo que no debí de ver, pero a estas alturas me daba igual, así que llorando como una niña pequeña entré en aquel infierno y le pedí entre lágrimas que no continuara con el tormento que le estaba dando a ese ser.
Edgar, al verme parada frente a él y casi a punto de perder el equilibrio, corrió hacia mí y me sujetó para luego sentir como todo se desvanecía a mi alrededor.
—¡Mierda! — eso fue lo último que escuché antes de perder el conocimiento.
Y ver esa satisfacción en la mirada de la persona de la que me había enamorado era lo peor que pude ver, joder, me dolía saber que estaba perdida en brazos de una persona que se dedicaba a matar y a cambiar la vida de otras personas así sin más, me duele que de ser quien es, él opte seguir gobernando el bando de los malos.
¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar? ¿Qué más tenía que vivir para darme cuenta de que este amor que siento por él es como un cáncer que me irá matando lentamente hasta convertirme en nada?
¿O tal vez esta era la puerta que esperaba para pedirle que de verdad me dejara ir? Pero ¿quería eso? ¿Realmente lo deseaba?El martillazo que sentía en mi cabeza era insoportable, apenas podía abrir los ojos y lo poco que percibí era su rostro lleno de preocupación.
Y de nuevo recordé todo lo que había visto y me incorporé rápidamente mientras mi cuerpo yacía en el sofá.—Dime que solo fue una pesadilla— le pido entre lágrimas y este suspiró.
—Solo fue un sueño el cual no debiste soñar— replica.
No era tonta, sé lo que había visto y lo recordaba muy bien.
—¿Por qué?
—No te importa, Zoe. No debiste de bajar a ese sótano y menos dejarte ver.
¡Anda ya! ¿Dejarme ver? Si el mismo me presentó frente a muchos de sus colegas y claro que recuerdo quien era ese tipo, aunque su rostro estaba cubierto de golpes y sangre.
—¿Qué no me importa? — grité entre llanto.
—Así es, no te debe importar, esta es mi vida y así soy.
—Me enamoré de un monstruo.
—No es algo que no sabías.
Asentí y bajé la mirada porque tenía razón, lo había vivido en carne propia y aun así lo dejé entrar en mi corazón.
—Y ahora me doy cuenta del gran error, ahora sé que nunca debí de bajar la guardia contigo y mucho menos darte como trofeo mi corazón.
Se tensó aún más.
—En cambio, yo cuando lo hice sabía perfectamente quien eras y no me arrepiento.
Fruncí el ceño.
—No hay nada que vayas a hacer para que mi corazón deje de amarte.
Negué mientras lloraba.
—Si tanto me amas, libera a ese hombre que tienes abajo y entonces entenderé que tu amor es sincero.
Suelta una sonrisa sarcástica y después su rostro se transforma de la de una bestia sin sentimientos.
Sin esperarlo, agarró mi mano con brusquedad y tira de mí tan fuerte que noto mi cuerpo caer al suelo.—¿Qué haces? — pregunté muerta de miedo al ver que me guiaba hasta ese sótano—. No, por favor, ¡no!
Pero él no me escuchaba, parecía endemoniado.
—Míralo— ordenó muy enojado y entonces obedecí y alcé la mirada hacia ese hombre que suplicaba por su vida—. ¿Sabes que hizo este hombre? — negué sin dejar de mirarlo—, mató a mi padre, este desgraciado me arrebató a la única persona que me quedaba en esta puta vida, lleno con sed de venganza desde que la sangre de mi padre recorría sobre mis manos y no podía hacer nada para salvarlo porque ya estaba muerto.
Edgar estaba sufriendo al contarme todo y lo cierto es que su alma estaba llena de todo menos de perdonar.
—Y eres capaz de pedirme por nuestro amor que no lo mate, ¿acaso este poco hombre merece mi perdón? — me gritaba y no contestaba.
—Por favor, no— dice el hombre.
—No merece ni que tú, ni siquiera lo que siento por ti interfiera en lo que ya tenía decidido hacer hace mucho tiempo.
—Edgar, por favor.
Y es que nada más salir ese <<por favor>> de mi boca, Edgar sacó la pistola y con un tiro preciso acaba por perforarle la cabeza al hombre que ahora yace sin vida frente a mí. Su sangre me salpicó y solo me quedó gritar de terror.
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Raptada por error
RomanceSolo había un objetivo en esta historia, matar a la hija del hombre que se metió con uno de los mafiosos más peligrosos del país, un hombre sin escrúpulos con un corazón de piedra que solo le importa su poder y lo que consiguió hasta ahora, ser el r...