22

38.5K 2.1K 113
                                    


Edgar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Edgar

Tenía que sacarlo, dejar que fluya todo lo que guardaba desde que la conocí, volver a confiar no es malo, ¿no? Merezco una oportunidad y no todas son como mi madre, Zoe no lo era y quería creerlo.

Nuestros cuerpos seguían desnudos desde ayer después de la ducha donde alcanzamos el placer, y el sol salió y ella aún estaba recostada sobre mi pecho y yo la rodeaba con mi brazo, me sentía muy bien y tenerla así es algo nuevo y extraño, pero me gustaba mucho.

—¿Qué significa las letras que tienes escritas en ruso sobre tus costados?

Curvo los labios y le mostré con claridad el costado derecho—. Mira, este significa, "libertad para los corazones rotos".

—¡Vaya! Es emotiva esa frase, Edgar.

—Para mí siempre lo fue y lo sigue siendo, quien no ha tenido un corazón roto alguna vez.

—Creo que no hay nadie en este mundo que pueda decir que su corazón no se sintió roto de alguna manera, tienes razón.

—Mira y la otra — digo quitando el brazo que le rodeaba su cuerpo—. "El corazón siente lo que los ojos ven, si no ve nada, entonces no siente nada".

Se queda callada por la última frase y se pierde en mi costado pasando el dedo por esas letras.

—Creo... qué es lo más sensato que escuché desde hace tiempo. —Se encuentran sus ojos con los míos— es verdad que si no vemos lo que nos lastima, entonces no hay daño alguno.

El que se queda callado ahora soy yo. ¿Y por qué? Sé que la he lastimado de muchas maneras y una de ella es tenerla en contra de su voluntad, cambiando su vida completamente y ahora que sé que ese novio suyo nunca la quiso como es debido, es hora de que ella misma lo vea todo con sus ojos y que ese corazón llegue a lastimarse por ese tipo para yo poder sanarlo y que me pertenezca solo a mí.

—¿Por qué me miras así? — preguntó con una sonrisa—. Es que me siento intimidada cuando lo haces— sonreí y retiré mis ojos y luego la devuelvo a mí con el brazo y ella deja un beso casto sobre mi pecho desnudo.

—Eres la primera en saber el significado de mis tatuajes, muchas preguntaron, pero ninguna recibió.

—No lo pongo en duda— se ríe a carcajada.

—¿Y no es mejor así?

—Depende.

—¿De qué?

—De quién es la chica— se vuelve a reír y entendí—. En serio me gusta ser la primera que sepa que quiere decir esas letras que decoran tus costados.

Uní mi frente con la de ella y la besé lentamente, dejando una cadena de besos alrededor de su cuello y terminando donde había empezado, en su boca.

—Me encantan tus labios, son tan pequeños y...

—Mis labios son el defecto que más odio de mí.

Frunzo el ceño.

— Si pudiera cambiarlos, créeme que no haría.

—No intentes ser la típica chica que le gusta transformarse y hacer crecer las cosas en su cuerpo, no hay algo más natural que ver a una mujer con todo suyo y nada artificial. —Se sonroja por un instante—. Y tú eres la más natural que existe entre las mujeres más bellas, no necesitas tener unos labios grandes para llamar mi atención porque cautivas desde la distancia.

Su rubor se intensificó—. Yo... bueno sé que... no soy...— la interrumpo.

—Eres perfecta para mí.

Y terminó por ocultar su timidez en mi cuello mientras rodeaba con sus brazos este.

—¿Te apetece un paseo por Venecia?

Hago que me suelte.

—Claro que sí.

Me emociono al verla emocionada.

—No se diga más, prepárate— azoté levemente su nalga y ella sé... ¿Excitó?

Se detuvo el tiempo para ella y yo solo la observaba como se abanica y mira de lado.

—Me entró calor— comenta.

Una sonrisa llena de diversión no tarda en mostrarse en mi rostro y ella se echó encima de mí al verme así—. No te rías, Edgar. Tus manos son el peligro que mi cuerpo quiere.

Me gustaba como la tenía ahora mismo. Mi anatomía es colchón para el suyo, siento sus pechos como se restriegan en mi piel y sus ojos están centrados sobre los míos, mientras nos hablábamos mis dedos recorren sus caderas de arriba a abajo, ella despierta las llamas que queman todo a su paso y yo saco la mujer que ella esconde y solo yo veo.

—Me quieres, ¿eh? — musité sin despegar sus ojos en mí.

—Lo hago.

Se hizo el silencio y después sus labios tomaron permiso de los míos y me besó desenfrenadamente mientras recorría con su boca cada centímetro de mi piel que marcaba con su deliciosa lengua y la dejé que hiciera o experimente conmigo lo que aún no ha vivido.

Solo respondía con gemidos leves y ella seguía dibujando un dibujo sobre mí, y me tomó por sorpresa cuando llegó a mi duro y rígido miembro que lo sentía arder por ella, sus labios besan suavemente el glande y después lo humedece y la sensibilidad de este me hace jadear de placer, ella hace que el placer recorra mi sistema. Continúa explorando el tronco de este llevándolo muy adentro de su boca, me tenía a mil, siento como succiona levemente y después sube la lengua por mi pene dejándolo a punto de acabar y arrasar con todo que sin darme cuenta la había acorralado entre la cama y yo y la penetré bruscamente, tan fuerte que siento haberla lastimado.

Dos, tres, cuatro, cinco embestidas y acabamos llegando al clímax. Claro, estaba siento prudente y no llenarla con mi esencia, no estaba dispuesto a dejarla embarazada por muy que la quería, siento que traer un hijo al mundo es el mayor error que se puede cometer y más siendo lo que soy.

 Claro, estaba siento prudente y no llenarla con mi esencia, no estaba dispuesto a dejarla embarazada por muy que la quería, siento que traer un hijo al mundo es el mayor error que se puede cometer y más siendo lo que soy

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Raptada por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora