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Edgar

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Edgar

Todo se complicó en cuestión de segundos, e incluso me llegué a cuestionar, ¿qué si alguna vez han estado bien las cosas entre Zoe y yo?

Había cumplido mi objetivo, ahora respiro tranquilo porque mandé al infierno a otro desgraciado, aunque pensándolo con más calma, Zoe no tenía culpa de haber presenciado ese momento y es lo que más me aturde en este momento.

—Deberías tomarte unas vacaciones— sugiere Dani al verme tan pensativo—. Llevas sin cogerte vacaciones mucho tiempo y un respiro no te vendría mal, además tienes dinero para aburrirte, yo que tú me pedía una excedencia y me perdería en el Caribe.

—Ya te quieres librar de mí— solté serio, pero no intimidante.

—Para nada, jefe. Solo que trabajas mucho para todo lo que tienes.

—Tener no es lo mismo que sentirse lleno. Un día productivo es haber cambiado algo para alguien, y no gastar el dinero para llenar el día de tonterías innecesarias.

Este se quedó callado y después se puso a revisar conmigo todo lo que teníamos de Antón hasta ahora.

—Deberíamos seguir de cerca, a Claudia Romero.

Negué al pensar en Zoe, no quiero que la relacionen con ella y más si investigan a fondo y descubren el gran secreto de Richard Romero.

—El padre se suicidó hace unos meses— añade Dani.

—Eso leí.

Carraspeé y dejé los papeles sobre la mesa.

—Solo ocúpate de seguir a Antón de cerca, sobre la chica me encargo yo.

Agregué y salí de comisaría para encontrarme con el comisario en la cafetería que había al lado.

—¿Y bien?

Lo miré con la frente arrugada y tardé unos minutos en considerar si contestar sobre lo que quería oír.

—Vamos, Edgar, siempre fuiste frío respecto a las víctimas que escoges. ¿Qué ocurre con esa Claudia Romero?

—Es la hija de Richard, aunque eso ya lo sabes.

—Lo sé, pero hay algo más.

—Lo hay, pero eso a ti no te concierne— saque un billete de veinte y pague los cafés, sin añadir más ni contestar a su interrogatorio, me alejé de él.

—Lo averiguaré— gritó antes de perderme de vista.

Por muy que fuera el hermano del hombre que me instruyó, jamás dejé de considerarlo nada, soy el único que puede darle lo que tiene ahora bajo la tapadera de comisario serio.

Raptada por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora