48

1.3K 61 10
                                    

—No.

—Moni , son adultas. Viven bajo el mismo techo. Ambas sin ataduras.
Ambas atractivas.

Me sonrojo, sintiéndome tonta por no haberlo notado.

—Bueno, si lo pones así… sólo pensé que Gail era mayor que sole.

—Lo es, pero no por mucho. —Me mira, perpleja—. A algunas mujeres les gustan mayores… —Se detiene abruptamente y sus ojos se
amplían.

Le frunzo el ceño.

—Lo sé —espeto.

Me sonríe con cariño. ¡Si! ¡Mi técnica de
distracción fue exitosa! Mi subconsciente me rueda los ojos, ¿pero a que costo?

—Eso me recuerda —dice, brillantemente.

—¿Qué? —murmuro con petulancia.
Agarrando la silla, me vuelvo para enfrentar el espejo por encima del lavabo—. Siéntate —ordeno.

Vanesa me mira con diversión indulgente, pero hace lo que se le dice y se sienta de
nuevo en la silla. Empiezo a peinar su cabello ahora simplemente húmedo.

—Estaba pensando que podíamos convertir la habitación sobre los garajes para ellas en el nuevo lugar —continua vane —. Que sea una casa. Entonces, quizás la hija de sole puede quedarse con ella más a menudo. —Me mira atentamente en el espejo.

—¿Por qué no se queda aquí?

—sole nunca me lo pidió.

—Quizás deberías ofrecérselo. Pero tendríamos que comportarnos.

La frente de vane se frunce.

—No había pensado eso.

—Quizás ese es el por qué sole no te lo ha pedido. ¿La has conocido?

—Si. Es una cosa dulce. Tímida. Muy bonita. Pago por su educación.

¡Oh! Dejo de peinar y la miro en el espejo.

—No tenia idea.

Se encoge de hombros.

—Me parecía lo menos que podía hacer. Además, significa que no renunciara.

—Estoy segura de que le gusta trabajar para ti.

me mira sin comprender y luego se encoge de hombros.

—No lo sé.

—Creo que es muy aficionada a ti, vane . —Reanudo el peinado y la
miro. Sus ojos no dejan los mios.

—¿Eso crees?

—Si. Lo hago.

Ella resopla, un sonido despectivo pero contenido. Como si estuviera
secretamente complacida de gustarle a su personal.

—Bien. ¿Vas a hablar con Gia sobre los cuartos sobre el garaje?

—Si, por supuesto. —No siento la misma irritación que antes a la mención de su nombre.

Mi subconsciente asiente sabiamente hacia mí. Si… hemos
hecho bien hoy. Mi diosa interna se regodea. Ahora ella dejara a mi chica sola y no la hará sentir incomoda.

Estoy lista para cortar el cabello de Vanesa .

—¿Estas segura sobre esto?
Es tu última oportunidad para salir bajo fianza.

—Haz lo que quieras. No tengo que mirarme, tú si.

Sonrió.

—Vanesa , podría mirarte todo el día.

LIBERADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora