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—¿Cuántos años tiene? —Le pregunto a vanesa , inclinándome para que
sólo ella pudiera oír. Aunque me encantaría saber lo que pasa, no quiero alentar a patri .
Sé que está irritando a vanesa , y estoy segura de que
está en su lista negra desde la fiesta.

—Treinta y dos. ¿Por qué?

—Curiosidad. Es todo.

Vanesa tensa su mandíbula.

—No seas curiosa respecto a Hyde. Sólo me alegra que el infeliz esté encerrado. —Es casi una reprimenda, pero decido ignorar su tono.

—¿Tú crees que trabajaba con alguien?

La idea de que hubiera alguien más involucrado me enferma. Significaría que esto no se ha acabado.

—No lo sé —responde Vanesa, volviendo a endurecer la mandíbula.

—¿Quizás alguien que tenga algo contra ti? —Sugiero. Santa mierda. Espero que no sea la bruja zorra—. ¿Como Elena? —susurro.

Comprendo qua he murmurado su nombre en alto, pero sólo ella puede oírme.

Miro ansiosamente a patri , pero está metida en una charla con Francis, que parece enfadado con ella

Hmm.

—¿Realmente te gusta hacerla el villano, eh? —Vanesa pone los ojos en blanco y sacude la cabeza, disgustada, lo bien que se ve con los ojos en blanco lo hablaremos otro día—. Ella puede ser rencorosa, pero no haría algo así. —Me mira sombríamente—. No hablemos de ella. Sé que no es tu tema favorito de conversación.

—¿La has confrontado? —susurro, no muy segura de si quiero saber.

—Moni, no he hablado con ella desde mi fiesta de cumpleaños. Por favor, para. No quiero hablar de ella. —Levanta mi mano y besa mis nudillos.

Sus ojos se posan en los míos, y sé que no debería presionarla con esto ahora.

—Consíganse una habitacón. —Nos molesta Francis—. Oh claro... ya la tienen, pero no la necesitaron por mucho. —Sonríe.

Vanesa mira a Francis .

—Vete al diablo, Francis —dice sin malicia.

—Hermana, sólo te digo las cosas como son. —La mirada de Francis es burlona.

—Como si supieras —murmura sardónicamente Vanesa , alzando una ceja.

Francis sonríe, disfrutando el desafío.

—Te casaste con tu primera novia. — francis me señala.

Oh mierda. ¿A dónde quiere ir? Me sonrojo.

—¿Puedes culparme? —vane vuelve a besar mi mano.

—No. —Francis  se ríe y sacude la cabeza.

Me vuelvo a sonrojar, y patri golpea a Francis en el brazo.

—Deja de ser un imbécil —le dice.

—Escucha a tu novia —dice Vanesa a Francis , sonriendo, y sus
preocupaciones parecen haber desaparecido.

Mis oídos se tapan al ganar
altitud, y la tensión en la cabina se disipa mientras el avión se eleva. Patri le frunce el ceño a Francis. Hmm… ¿Pasará algo entre ellos? No estoy segura.

Francis tiene razón, hago una mueca por la ironía. Yo soy—fui—la primer novia de Vanesa, y ahora soy su esposa. Las quince y la malvada Sra. Robinson, no cuentan. Pero Francis no sabe de ellas, y claramente patri no le
ha dicho.

Le sonrío, y ella me guiña el ojo conspirativamente. Mis secretos
están a salvo con patri.

—De acuerdo, damas y caballeros, viajaremos a una altitud crucero de aproximadamente treinta y dos mil pies —Anuncia Stephan—. Ahora
pueden pasear por la cabina.

Natalia aparece abruptamente.

—¿Puedo ofrecer un café? —pregunta.

LIBERADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora