Capítulo 6

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Elisa' s POV

El despertador sonó sacándome de un hermoso sueño sobre... Eh, no lo recuerdo. Me puse la almohada sobre la cabeza mientras ese condenado aparato no dejaba de sonar. Tanteé la mesita de noche intentando apagar la alarma, pero como no estaba mirando, lo único que conseguí fui tirar el despertador, las fotos y el libro de Beautiful Disaster que estaba leyendo la noche anterior.

Resignada me quité la almohada de la cara, me levanté, recogí mi preciado libro, verificando que no se hubiera hecho ni un solo rasguño, alcé el despertador y miré la hora: 4:01 am.

Dejé escapar un suspiro y me dirigía ya al baño cuando caí en cuenta de lo que acababa de ver.

«¿4: 01 am? ¿Qué dem...? Oh, sí. Voy a matar a Chris».

Salí de mi cuarto como un torbellino y abrí la puerta del de mi hermano sin preocuparme por el ruido (porque ese no se despierta ni aunque una manada de rinocerontes le pase por encima). Precisamente por eso entré a su baño, saqué el cepillo de dientes de su vasito, y lo llené con agua congelada. Me quedé mirando lo angelical que mi adorado hermano se veía.

«Ay, ¡qué ternurita! Todavía duerme con su peluche de Topo Gigio».

Y acto seguido le eché el agua encima. Él se paró dando saltitos y gritando.

—¡Por todos los dioses, Elisa! ¿Qué...?

Cogí su almohada.

—Christopher Gregory Windfrey, eres un... —almohadazo— mundano... —almohadazo— sangre sucia... —almohadazo—sin facción... —almohadazo— shank... —almohadazo— simple mortal. —concluí.

Ah, sí. Lo siento, lo olvidé: almohadazo... Doble: uno por el simple y otro por el mortal.

—¡Me arruinaste la semana, Christopher! Encima de que hoy es lunes y tú cambias mi despertador a las cuatro de la mañana...

—Oye, oye, oye. No eres tú la que está empapada, así que más bien fuiste la que me arruinó a la semana. Hoy tengo parcial, estuve estudiando hasta la media noche mientras tú leías esa... cosa. ¿Cómo me iba a resistir la tentación?

—Pues siendo un buen hermano y alegrándote por mi felici...

—Chicos, chicos. ¿Me pueden explicar qué está sucediendo?

Volteé la vista bruscamente para ver a mis padres en la puerta, completamente relajados, mi madre hablando con la sonrisa en el rostro como si haber sido despertada por una pelea entre sus hijos fuera lo más grandioso del mundo. Creo que ya lo dije, ¿no? Es extremadamente optimista.

Chris y yo nos señalamos mutuamente.

—Fue su culpa. —dijimos al unísono.

Luego los dos empezamos a contar nuestra versión de la historia a la vez y cuando terminamos, nos callamos al mismo tiempo. Eso de hacer todo simultáneamente era desesperante.

Papá alzó las cejas.

—Bueno, supongamos que les entendimos, ¿verdad, querida?

—Pero como lo que pasó, pasó —dijo esta vez mamá—, ¿qué tal si aprovechamos y mientras ustedes se arreglan, su padre y yo preparamos el mejor desayuno de sus vidas? Tardará un rato.

Le dirigí una mirada asesina a mi hermano, que me fue plenamente correspondida. Después le dediqué una enorme sonrisa a mamá.

—Claro, estoy totalmente de acuerdo.

Luego salí de la habitación y entré a mi baño. Cerré la puerta con seguro y me di una relajante ducha de cuarenta minutos, aprovechando que tenía tiempo de sobra. Cuando salí del baño encontré sobre la cama mi camiseta morada con la leyenda en letras plateadas You Only Live Once, unos jeans y unas botas negras que de seguro me había alistado mamá. Sonreí y me vestí. Después me desenredé el cabello, lo sequé un poco y decidí dejármelo suelto.

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