Capítulo 18

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—Es en serio? —preguntó Becky mirándome boquiabierta—. Amenazó a Víctor... ¿Por ti?

Negué con la cabeza.

—No, no fue por eso. Estoy segura. Algo pasó entre ellos hace unos años... Incluso Charlie y Matt estaban...

Becky entrecerró los ojos.

—Pero la amenaza fue que si te volvía a tocar...

—No, créeme Becky. No fue por eso. Creo que solo estaba... Intentando protegerme.

—Oh —repuso ella en tono juguetón, retorciéndose un mechón de cabello.

—Ya basta Becky, estoy hablando en serio. Hay algo extraño ahí.

—¿Y no te contó?

Bufé.

—No.

—Hum, eso sí que es extraño.

Asentí con la mirada fija en la pizarra, sin verla realmente. Las ecuaciones que teníamos que resolver seguían allí, pero nadie estaba haciendo el más mínimo esfuerzo por entenderlas siquiera. Díganme la verdad, ¿alguno de ustedes lo haría estando el profesor fuera del salón?

—Oh, pero te tengo más noticias. —añadí un poco más alegre.

—¿Qué?

—Te llamó Becky.

Ella dejó caer el bolígrafo.

—¿Qué?

—Bueno, realmente dijo algo así como: "Quería bailar con Becky, pero como el otro chico la invitó..."

Mi amiga abrió muchísimo los ojos.

—No puede ser... —murmuró—. ¡Daniel, te voy a matar!

El aludido pegó un brinco al escuchar el grito.

—¿Por qué?, ¿qué hice?

Me reí por lo bajo. No dijo eso por supuesto, pero ver a Becky reaccionar así era divertido. El pobre chico tuvo que aguantarse una reprimenda que no se merecía, pero cuando Becky se interrumpió para tomar aire, él me interrogó con la mirada. Me llevé un dedo a la sien y lo giré tres veces. Daniel sonrió y se encogió de hombros.

—Bueno, bueno —me sobresalté al oír cerrarse la puerta—. Espero que ya hayan terminado esos ejercicios.

—Esto...

La profesora negó con la cabeza, pero estaba ocultando una sonrisita.

—Bien, era de esperarse, ya pueden salir. —dijo.

No tuvo que repetírnoslo dos veces. Salí del salón con Becky pisándome los talones y me dirigí al comedor. Busqué a Andrew con la mirada y cuando lo ubiqué, caminé hacia su mesa y saludé.

—Hola Lisa —respondieron todos los chicos a coro.

—Sí, sí —intervino Becky—. Hola chicos, yo también me alegro mucho de verlos, yo estoy bien, gracias por preguntar.

—Hola Becky —saludó Andrew.

Ella se quedó mirándolo como si tuviera un letrero en la frente que dijera "regalo boletas para el concierto de One Direction", pero él ni siquiera se percató. Puse los ojos en blanco y me dejé caer en una silla. Matt automáticamente me acercó sus papas fritas, pero las rechacé con un movimiento de cabeza.

—¿Cómo te fue ayer? —me preguntó Andrew—. ¿Sobreviviste?

—Sí... Bueno, más o menos. Chris estaba en otra fiesta y no sabía dónde estaba yo, pero nunca le han gustado mucho que digamos, así que cuando llegué él ya estaba ahí y me echó una perorata de dos horas sobre fiestas, trago, chicos y vestidos demasiado ajustados.

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