Capítulo 40

803 51 14
                                    

Hola!!! Aquí les traigo un nuevo capítulo, ¡adelantado!

Lo sé, soy un amor.

Bueno, tengo curiosidad. ¿De dónde son mis lectores?, ¿cómo descubrieron Fléchame?, ¿qué quieren que pase en los capítulos siguientes? No se emocionen, ya los tengo escritos, solo quiero saber. Jaja. ¡Soy una malota!

¡Los quiero un montón!

Gracias por leer.

Fan1Read

-----

Andrew's POV

Ese día iba a remendar mi error. Desde el principio. Tal y como prometí.

Podría haber empezado con mi plan en el momento en el que llegué a la escuela por la mañana, si el director no me hubiera estado esperando en la puerta con el ceño fruncido.

—Señor Collins, puede considerarse afortunado de que no llamé a sus padres ayer, porque estoy seguro de que debe haber una razón para haber golpeado de tal manera al señor Victor Grant. Quiero escucharla ahora, y si no me basta, tenga por seguro que no importará la amistad que he sostenido con su padre, y usted recibirá una sanción del grado de su infracción.

«O sea, expulsión», pensé sin alarmarme.

—Muy bien. —repuse con tranquilidad y seguí al director hasta el despacho que ya tan bien conocía.

—El señor Grant, para su información ha tenido que ser ingresado al hospital —informó el director una vez sentado en su escritorio—. Fractura de nariz y mandíbula, sin mencionar las demás y variadas contusiones que le causó en el rostro.

Le sostuve la mirada, intentando no reflejar la satisfacción que habían generado esas palabras. Se lo merecía.

—Él asegura que usted lo golpeó después de haber hecho un comentario, eh... —revisó unos papeles que tenía en su escritorio—, "cumplido", según dijo él, sobre la señorita Windfrey.

La ira me invadió de nuevo. ¿Cumplido?

Me recosté contra el escritorio y me obligué a mantener estable mi voz.

—Si se le puede llamar cumplido decirle perra y mencionar lo mucho que le gustaría acostarse con ella, señor director, entonces sí. Lo golpeé por eso.

El director se quitó las gafas y me miró con expresión cansada.

—Mira, Andrew —dijo adoptando su tono habitual conmigo—. Entiendo a la perfección que después de eso y... Bueno, lo que se anda diciendo de Elisa estos días, tú... Pero, escucha, no puedes justificar el daño que le hiciste...

—No lo estoy justificando —lo interrumpí.

Él mantuvo sus ojos clavados en mí, suspiró y se giró hacia la computadora.

—Comprendo. Y espero que tú también comprendas que esto no se puede quedar así. Debo hacer el reporte, informarles a tus padres y sancionarte.

Esperé.

—Una semana de detención después de las vacaciones —exclamó finalmente—. Y quedas vetado de los entrenamientos y los partidos por una semana más.

FléchameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora