Capítulo 49

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Elisa's POV

Al día siguiente toda la escuela parecía estar en un estado de paranoia total, que incluso resultaba algo contagioso. Se suponía que ese primer día habría un partido de béisbol, uno de baloncesto y otro de fútbol. Y en ese último era donde todo el mundo se mordía las uñas del nerviosismo. El ambiente estaba tan cargado, que incluso los profesores habían dejado de intentar hacernos pensar en algo que no fueran los partidos y nos habían dado el tiempo libre. Así que habíamos terminado sentados en la cancha de fútbol, después del último entrenamiento.

—El capitán del equipo de fútbol no puede jugar en una semana porque golpeó brutalmente a un chico hasta el punto de enviarlo al hospital, por defender a su amada —dijo Charlie con voz teatral.

—Oh, cállate —dije fulminándolo con la mirada.

—Oye, tal vez eso los asuste un poco, ¿no? —intervino Matt levantándose emocionado—. Así van a llegar con miedo y entonces tendremos más oportunidades de...

—No les dará miedo, porque él no va a jugar —apunté, ganándome varias miradas asesinas—. Por favor, chicos. Les va a ir bien. Solo tienen que confiar en ustedes mismos y en su trabajo.

—Sí, ¿pero dónde está Andrew, a propósito?

—Hablando con el director —respondí sin ganas.

Todas las miradas se clavaron en mí y las preguntas estallaron a la vez.

—¿Por qué?

—¿Lo va a dejar jugar?

—¡¿Estamos salvados?!

—¡¿Ya no tengo que cavar mi tumba?!

—¡¿Verdad que David Beckham es un bombón?!

Todos nos giramos hacia Charlie y lo miramos como si fuera un chicle pegado en nuestra suela.

—¿Qué? —exclamó Becky.

Charlie se encogió de hombros.

—¡Ríanse, era un chiste! Solo quería aligerar el ambiente.

Todos asentimos lentamente y yo me aclaré la garganta para retomar la palabra, intentando pasarlo por alto.

—No. Solo creo que hay unas cuantas universidades interesadas en él —apenas lo dije, una sonrisa me iluminó el rostro—. Estarán concertando para que lo vean jugar... ¡Cuando se termine su sanción! —aclaré ante las miradas esperanzadas.

—Estamos muertos. —murmuró Matt dejándose caer en el pasto.

—¿Contra quién juegan? —pregunté.

—Hoy vienen otras tres escuelas: Devon, Saint Clare y...

—¡¿Saint Clare?! —gritamos Becky y yo a la vez.

Todos nos miraron, confundidos.

—Sí, ¿por qué?

—Espera, espera. Una escuela de aquí o... —aventuré.

—No, vienen de Los Ángeles. Es genial que los campeonatos incluyan equipos de otras ciudades, ¿no?

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