Fléchame

Capítulo 46

Hola!!! Antes que nada...

¡FELIZ NAVIDAD!

Y este nuevo capitulito es mi regalo. Jajaja.

Un beso enorme 😘😘😘

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Mi despertador sonó mucho antes de lo que me hubiera gustado. Refunfuñé y me incorporé lo suficiente para echarle un vistazo al calendario. Martes 17 de enero, regreso a clases. Gemí y volví a cubrirme hasta la cabeza con las mantas.

—¡De vuelta a clases! ¡Arriba, dormilona!

Grité cuando sentí cómo alguien me arrancaba las mantas y me empezaba a jalar de los pies.

—¡No, basta! ¡Soy divergente y no puedo ser...! Demonios, Becky. ¿Qué rayos estás haciendo aquí?

—Sabía que no te ibas a levantar así que... —repuso ella encogiéndose de hombros y con una sonrisa de oreja a oreja.

Fruncí el ceño.

—Son las seis de la mañana. ¿Por qué tienes esa cara de ponqué?, ¿y por qué de repente todo el mundo entra a mi casa y a mi cuarto sin mi consentimiento?

Ella hizo un gesto con la mano restándole importancia.

—Bah, tu hermano me dejó entrar. Y de hecho son las seis y media. Espera, ¿cómo que todo el mundo?

—Eh...

Digamos que durante las vacaciones Andrew se había aparecido de repente en mi habitación, sepa Dios salido de dónde, al menos una vez por semana. Luego me enteré de que Nathan lo estaba ayudando a entrar por la ventana del cuarto de invitados.

—No importa —murmuré.

Becky esbozó una enorme sonrisa y empezó a tirar de mí intentando sacarme de la cama.

—Becky, por favor, es el primer día...

—¡Exacto!

—¿Y desde cuándo ir a clases te emociona?

Ella me ignoró completamente y siguió tirando hasta que por fin logró hacerme parar de la cama, para después empujarme hasta el baño.

—¡Rápido, Elisa!

—¿Por qué? —refunfuñé.

—Tú solo entra...

—¡Ouch! —me quejé cuando por seguir empujándome me hizo golpear el codo contra el marco de la puerta—. Okay, espera, espera. ¡Becky!, ¡puedo bañarme sola, gracias!

Ella ya había abierto la llave de la ducha, y si no empezó a desvestirme fue puro milagro.

—No tardes —exclamó sonriendo mientras cerraba la puerta del baño.

Suspiré.

Cuando salí del baño, Becky estaba husmeando en mi armario y sobre mi cama estaba esparcida, prácticamente, toda mi ropa.