Capítulo 33

911 66 12
                                    

Elisa's POV

Miré aburrida la pantalla donde Chris y Andrew seguían matando zombis, sin cansarse. Ya llevaban una media hora en eso después de una tremenda discusión en la que, lógicamente, la solución fue que el que matara más zombis en el videojuego era más macho. O algo así.

Realmente nunca entendí eso de los hombres. Prácticamente sabía todo lo útil de ellos, lo necesario para ponerlos a girar con un dedo... Pero no entendía la afición por ver a una persona ya muerta desangrarse en una pantalla.

—¿Ya? —pregunté por enésima vez.

—No —respondieron los dos al tiempo sin despegar los ojos del televisor.

Gemí mientras enterraba la cara en la almohada. Creo que casi hubiera preferido acompañar a Becky en sus compras que ver a mi hermano y a mi mejor amigo disputarse su honor en un videojuego.

—Okay, ya basta —dije después de unos minutos levantándome de un salto de mi cama.

Saqué el disco de la consola ignorando sus protestas.

—¡Lisa, estaba a punto de romper mi récord!

—¡Oye, solo necesitaba matar a otros tres zombis y...!

—Dios, si se la van a pasar pegados a esa cosa al menos jueguen algo bueno —los interrumpí, mientras buscaba entre las diez mil cajas de Chris un videojuego que valiera la pena.

Ellos siguieron reclamando como niños pequeños, pero yo no les presté ni la menor atención.

—¡Ajá! —exclamé triunfante alzando la caja del FIFA 2015.

Metí el disco en la consola y me dejé caer en la cama entre Chris y Andrew. Le quité el control a mi hermano y empecé a elegir unos buenos equipos.

—Ahora sí, ¿quién va a ir primero? —pregunté sonriente al terminar.

Andrew me examinó de arriba a abajo, como si no se creyera lo que estaban viendo sus ojos.

—¿Te gusta...?

—Genial —lo interrumpí—. Prepárate, Andrew. Te voy a dar una paliza.

Él estrechó los ojos hacia mí, y sin más preámbulos le dio inicio al juego. Debo admitir que disfruté demasiado dejándolo emocionarse con su primer gol. Luego vino un penalti a su favor, y yo no me molesté en intentar taparlo.

—Oh, ¿en serio, Lizzy?, ¿eso es lo mejor que tienes?

Sonreí maliciosamente.

—Oh, no, por supuesto que no...

***

—Carajo —murmuró Andrew después de mi onceavo gol.

Me reí.

—A ver, te voy a dar los tres minutos de juego que quedan —dije sonriendo—. Te doy toda la ofensiva, juro que no hago ni un intento de ataque.

—¿Y eso como por qué? —preguntó él con el ceño fruncido.

—¿No aceptas mi propuesta? Está bien. —repuse encogiéndome de hombros.

—Lisa, no necesito que... ¡Demonios!

Andrew: 2 - Elisa: 12

—Tienes el ego demasiado arriba, Andrew.

—No es cuestión de ego, solo...

Andrew se quedó mirando el televisor, donde mis jugadores celebraban un treceavo gol, hecho sin que él mismo se diera cuenta.

—Okay, me rindo. —exclamó soltando el control.

FléchameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora