Capítulo 54

566 50 16
                                    

Elisa's POV

Y ahora comprendía perfectamente qué era lo que lo había enfadado tanto. Enfocamos toda nuestra pelea hacia Taylor cuando el verdadero problema era yo. Estaba tan molesta con ella que no me había puesto a pensar en cómo le habrían llegado esas palabras a Andrew. No era tonto. Todo lo que acababa de mencionar le daba perfectamente para hacerse a la idea de lo que no había sido capaz de decirle. Y la verdad era mucho peor de lo que seguramente él estaba pensando. Mi corazón se aceleró violentamente y sentí cómo empezaba a faltarme el oxígeno.

—Andrew, yo... —cerré los ojos y tomé una profunda bocanada de aire—. Mira, espero que entiendas que ya no soy la misma persona que era hace unos años y... —la voz se me quebró de inmediato.

Busqué las palabras para continuar, pero Andrew negó con la cabeza.

—No es una buena forma de comenzar, Elisa. Ni siquiera lo has dicho y ya te estás defendiendo.

Y tras esas palabras se dio la vuelta y empezó a alejarse. Mi cuerpo se tardó varios segundos en reaccionar y salir corriendo detrás de él.

—¡Andrew, espera! ¡Andrew!

Lo alcancé y lo retuve tomándolo del brazo, pero para mi sorpresa, él se giró y me miró sin oponer ninguna resistencia. Su mano viajó hasta mi rostro y presionó suavemente contra mi mejilla.

—Solo piénsalo, ¿sí? —susurró un tanto más calmado, aunque aún podía ver el enfado en sus ojos—. Y cuando estés lista para decírmelo sin tantos rodeos, avísame.

Se soltó con delicadeza de mi agarre y se fue, dejándome a mitad del pasillo, con todas las palabras en la boca y el corazón encogido.

—¡Elisa! —gritó alguien poniéndome las manos sobre los hombros por detrás.

Di un brinco y me encontré a Whitney sonriendo.

—¿Qué no tenías partido? —pregunté sin poder ocultar un toque de resentimiento y desdén en mi voz.

—Exacto —contestó alegremente, sin notar que mi tono indicaba claramente que no quería verla—. Vine a buscarte. ¿No vas a ir a verlo?

Sacudí la cabeza y apreté los puños.

—Oye, ¿estás bien, Elisa?

—Sí, estoy bien.

—No, no lo estás. Se te nota en los ojos.

«¿Entonces por qué carajos preguntas?»

—¿Te peleaste con tu novio? —preguntó sin disimular ni un poco su entusiasmo—. Porque si ya está disponible... ¡Lo reservo!

Debí de haberla mirado terriblemente mal, porque su sonrisa se esfumó de inmediato y retrocedió unos pocos pasos instintivamente.

—Whitney, perdóname. No quiero ser grosera ahora, pero necesito estar sola.

Y antes de que pudiera reclamarme algo me fui derechita a mi salón y saqué todas mis cosas. Salí al estacionamiento, me subí a mi auto y empecé a conducir sin rumbo fijo. Finalmente, me detuve en un parque y después de asegurarme que no era al que Andrew y yo solíamos ir, me puse mi chaqueta y me bajé. Caminé por él unos minutos con un montón de pensamientos invadiéndome la cabeza y los síntomas de una inminente migraña comenzando a aparecer. Me senté en un banco y me llevé las manos a la cabeza, pero ello no sirvió para aliviar la presión que me estaba estrujando el cerebro.

FléchameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora