Elisa's POV
—No puede ser. No puede ser. No puede ser. —repetía Becky una y otra vez.
Rodé los ojos y dejé mi teléfono en la mesita de noche.
—No puede ser. No puede...
—Ya basta, Becky. Súperalo, ¿sí?
—No. No. ¿Acaso no te diste cuenta de que te estaba coqueteando?
—Claro que me di cuenta... Y no es la primera vez, para tu información. También me di cuenta de que tartamudeó. Eso solo significa una cosa: Fase 2, completa.
—No. No, Eli. Significa mucho más que eso.
—¿Sí? ¿Cómo qué?
—Le gustas.
Puse los ojos en blanco una vez más, cogí mi libro y me puse a leer.
—Elisa, estoy hablando en serio. Le gustas.
—Claro que no, Becky. ¿No aprendiste nada? No es así de fácil.
—Claro que sí.
—Nop. Andrew no es de esa clase de chicos. No le gusto.
—Sí, sí le gustas.
—No. Hazme caso —dije mirándola a los ojos—. Él es una de esas personas que quiere conocer bien a la gente a su alrededor. Te puedo asegurar que a sus amigos los conoce desde preescolar.
—Bueno sí, pero...
—Pero nada. Si le intereso de alguna manera, su primer paso va a hacer que nos volvamos amigos, te lo apuesto. A partir de ahí... —me encogí de hombros.
Becky entrecerró los ojos.
—Bien. Pero en ese caso no me voy a despegar de ti. Así tendremos que hacernos amigos los tres, y a partir de ahí...
Me reí.
—Estás loca.
—Pero así me quieres —dijo poniendo carita de cachorro mojado.
—Sí, así te quiero —le di un abrazo y luego añadí—: Pero Andrew es mi conquista.
Ella me pegó un puño en el brazo.
—Claro que no. Yo lo lograré.
—Entonces tienes que ponerte las pilas porque estás un poco rezagada.
—¿Sabes? Creo que hay algo que me puede funcionar.
—¿Qué?
—Necesito que lo conquistes rápido, y cuando le destroces el corazón yo seré su paño de lágrimas, y... Voilà.
La miré un momento sin parpadear. Después las dos estallamos en carcajadas.
La semana pasó sin mayores inconvenientes. Al contrario, diría que con muchos avances. Andrew me estuvo suplicando que me sentara con él y sus amigos, y solo hasta que prácticamente lo tuve de rodillas le dije que sí. Becky no se quedó atrás y me acompañó todo el tiempo, de modo que aprovechó para coquetear con sus amigos mientras le daba miraditas discretas, que obviamente él pasaba por alto.
«Ay, Becky. Creo que te saltaste unas cuantas fases antes de llegar al "ponerlo celoso", ¿no?»
El lunes de la siguiente semana, al salir a nuestro primer descanso me acerqué a la mesa de los chicos, saludé y me senté al lado de Andrew. Le robé su brownie y él en vez de reclamarme o algo, se sonrojó. Dios mío, ¡se sonrojó! ¿Qué hice para que Andrew Collins se sonrojara? Fruncí el ceño y lo interrogué con la mirada. Él apartó la vista.
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Fléchame
Genç KurguSi estás leyendo esto, hay unas cuantas cosas que debes saber. Existen muchas clases de chicos: tenemos a los que solo les importa si eres bonita y estás dispuesta a salir con ellos, los que te cambiarán de la misma forma que cambian de ropa todos l...