Ambos oponentes se miraron frente a frente en el campo de batalla. El público había guardado un extraño silencio en el que el odio y rencor que se le tenía a Cómodo desde la Gran Guerra Imperial contrastaba con la admiración que Hércules generaba en aquellos quienes aún no lo habían conocido.
El dios emperador señaló con su spatha en dirección a las gradas de los dioses, amenazando directamente a Apolo, quien no pudo evitar tragarse un nudo en la garganta y limpiarse el sudor nervioso.
Era claro que el Nuevo Hércules tenía pensado ajustar cuentas con el dios del sol en cuanto tuviese la oportunidad, cosa que inquietaba profundamente a la deidad.
—No soporto a ese estúpidamente guapo sujeto...—gruñó por lo bajo.
Acto seguido, el emperador volvió a encarar a su oponente de frente.
—Hércules... no... Dios Guerrero que va más allá que cualquier hombre... ¡¡Ahora es el momento de que los cielos me cuestionen!!
Hércules sonrió y dejó su garrote en el suelo, encajándolo en un enorme cráter. Acto seguido, estiró sus brazos, calentó sus músculos y se puso en guardia.
—¡Vamos, Dios de la Colonia Comodiana!
En ese mismo momento, los ojos del emperador se abrieron de par en par, quedándose su mente en blanco.
—"Dios de la Colonia Comodiana..."—murmuró—. ¿Me llamaste Dios de la Colonia Comodiana...?
Su ídolo, el héroe más fuerte de la historia, lo había reconocido como un dios y se había referido a Roma por el nombre que el propio Cómodo le había dado.
Ni siquiera los lujos infinitos y los espectáculos más fantásticos de los que había disfrutado en vida y en su tiempo en el Triunvirato habían hecho arder su sangre de aquella manera.
Un simple saludo de aquel hombre había vuelto a despertar el fuego de la batalla en el corazón de casi dos mil años de Cómodo.
Con un rugido animal, el dios se despojó de su armadura de oro imperial, dejando al descubierto su musculoso cuerpo esculpido por siglos de batallas de gladiadores, y apuntando su espada sonrió de oreja a oreja.
—¡Vamos, Héroe!
Y sin mediar una sola palabra más, Cómodo trazó un arco de izquierda a derecha con su arma, el cual Hércules evitó ladeando levemente su cuerpo, sólo para responder con un brutal puñetazo que sacudió el estadio entero.
No obstante, cuando el polvo se hubo despejado, los espectadores quedaron completamente enmudecidos al descubrir que el emperador había detenido el golpe usando su brazo libre.
—¿Qué pasa?—sonrió Cómodo, con los dientes apretados por el esfuerzo.
Hércules frunció levemente el ceño al tiempo que ambos oponentes retrocedían para tomar impulso.
Bombeando sangre a sus músculos divinos, los dos hombres cargaron con un gancho derecho frontal que impacto simultáneamente en el rostro del otro, haciendo volar chorros de sangre por los cielos.
Sin poder contenerse, ambas deidades estallaron en carcajadas.
—Esto me agrada...—sonrió Hércules—. ¡Me has sorprendido para bien, Cómodo!
El que deseaba encontrar un nuevo objetivo para su inmortal vida: El Héroe
El que deseaba ganarse el amor del público a través del espectáculo: El Emperador
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Siete Años Después: (Percy Jackson)
FanfictionLos dioses han decidido que quieren probar de una vez por todas quién es el más grande héroe en la existencia. Cada dios tiene a un candidato favorito para el puesto, por lo que todo se decidirá en un torneo. PRIMERA BATALLA: Hazel Levesque VS Walt...