Mago de combate:

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¡¡FEROCES MÁS ALLÁ DE TODA FEROCIDAD, LA ÚLTIMA BATALLA DE LA PRIMERA RONDA CONTINÚA!!


—Tengo una teoría—comentó Annabeth—. Como dijiste, la inexperiencia de Luke, así como la incapacidad de su cuerpo para soportar tanto poder, parecen ser los factores decisivos de esta batalla. Creo que tienes razón con respecto a que se le facilita más manipular el tiempo en breves estallidos de poder, pero también creo que hay un segundo motivo para no congelar únicamente a Carter por un periodo de tiempo más largo.

Percy alzó una ceja.

—¿Y eso sería...?

—Cuando Crono nos congelaba en la Batalla de Manhattan, aunque nuestros cuerpos no se podían mover, seguíamos siendo capaces de pensar, ver, sentir y aveces incluso hablar. Intentar usar ese truco contra un mago como Carter podría no funcionar ya que aunque su cuerpo esté inmovilizado, aún podría pronunciar palabras divinas y lanzar hechizos. Esa, creo yo, es la razón de Luke para congelar el tiempo en todo el anfiteatro por unos segundos en lugar de enfocar sus poderes completamente en su adversario.

El hijo de Poseidón exhaló un suspiro, llevándose una mano a la cabeza.

—Eso tiene sentido—reconoció—. Me cuesta admitirlo, pero tengo que darle algo de crédito. Creció en un entorno extraordinario, incluso para la media de los semidioses, expuesto a la mente rota de su madre y sabiendo que aunque un terrible futuro le aguardaba su padre no intervenía en su ayuda. Está sufriendo un dolor inimaginable y luchando por abrirse camino a través de los desiertos de Egipto... y todo eso para cumplir esa promesa que te hizo...

En el centro del despedazado escenario, mirando a su oponente con una sarcástica sonrisa en los labios, Carter reafirmó el agarre sobre su khopesh y se dispuso a volver a encarar al semidiós.

—Me desprecias, ¿y te declaras a ti mismo el héroe más grande?

Luke le apuntó con su espada.

—Eres fuerte, rey de Egipto, pero le hice una promesa a alguien en particular de que seríamos una familia, de que no le fallaría, y es por eso que no me puedo permitir perder ante nadie, nunca más.

Carter guardó silencio por un momento. Sangre goteaba desde sus múltiples heridas, tiñendo de rojo el suelo bajo sus pies.

—YO... NO PUEDO CREER LO QUE ESTOY VIENDO. ¡¡CARTER, FARAÓN DE EGIPTO, HA SIDO LLEVADO CONTRA LAS CUERDAS POR EL LADRÓN DEL RAYO!!

Percy agachó la mirada ensombrecida, cruzándose de brazos sin saber muy bien qué pensar.

"Eres asombroso, Luke, siempre lo has sido... y respeto tu determinación, pero no por ello puedo perdonar todo lo que hiciste. Debiste haberte quedado en el inframundo, habiéndote ido como un héroe. Volver a desafiarnos una vez más fue un error".

En el extremo opuesto de las gradas, los magos egipcios estudiaban los recientes acontecimientos con detenimiento.

—Así que ese semidiós puede detener el tiempo en el coliseo—comentó Walt—. No parece ser por demasiado, apenas lo suficiente para esquivar y cerrar distancias. Aún así, ciertamente es una técnica aterradora.

—Y, admito que ese sujeto no es para nada malo recibiendo ataques—reconoció Sadie—. Tomó directo al rostro un golpe del Avatar de Batalla de Carter y pudo volver a levantarse a pelear. Es más impresionante de lo que pensaba.

Zia apretó los puños.

—Walt, ¿no hay nada que Carter pueda hacer en contra de esos poderes temporales?

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Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora