Cuando sus golpes chocaron por primera vez, Apolo comprendió la magnitud del oponente contra el que se batía.
El ukelele del dios impactó contra la hoja de la Espada del Verano, desprendiendo una cegadora luz dorada al momento de encontrarse en el aire. La fuerza desprendida tras la colisión de ambos poderes obligó a la deidad de Delfos a retroceder un par de pasos. Toda su atención se había puesto sobre aquella espada que se blandía a sí misma como una paradoja viviente, y por consiguiente, Apolo falló en percatarse de que Magnus, lentamente y con dificultad, se reponía del último golpe recibido y ya se abalanzaba nuevamente contra él.
El hijo de Frey conectó un brutal puñetazo en el rostro de su adversario poniendo en ello toda su fuerza de einherji, sorprendiendo completamente el dios sol. Acto seguido, Magnus se aferró al cuello de su oponente, asiéndolo con fiereza antes de aporrear a la deidad contra el suelo en repetidas ocaciones.
La mente del chico se encontraba en estado de pánico y su cuerpo se movía por mero instinto de supervivencia. Luchaba con uñas y dientes, pero en su interior ya había comenzado a darse por vencido, aplastado, intimidado, empequeñecido ante la presencia del invicto y resplandeciente dios sol.
Apolo, por el contrario, mantenía la calma. Abrió las palmas de las manos, y dos pilares de fuego emergieron desde su piel con un rugiente resplandor dorado. Magnus recibió el golpe a quema ropa, saliendo disparado hacia el cielo y perdiendo todo atisbo de orientación antes de acabar golpeando el suelo del coliseo en un seco y duro impacto.
Jack se acercó flotando hacia su compañero, sus runas emitían un brillo apagado de preocupación.
—¿Estás bien, jefe?
El hijo de Frey comenzó a toser mientras temblorosamente se reincorporaba. Su piel echaba humo y gran parte de su ropa se había chamuscado, pero él estaba bien, vivo, en condiciones de seguir luchando.
—La piel se me cura...—murmuró, con una débil sonrisa—. El orgullo puede que no.
—Es peligroso que te acerques, jefe—dijo la espada—. Quédate atrás, deja que yo me haga cargo...
Magnus negó con la cabeza.
—No hay forma en que Apolo te permita ponerle un dedo... la hoja, encima—repuso—. Ya viste lo que pasó antes. Mientras se concentra en esquivarte a ti, el único de los dos que le supone un verdadero peligro, me deja vía libre para golpear. No es mucho, pero podemos trabajar con ello.
Jack ladeó su hoja de un lado a otro, sopesando las posibilidades.
—Es imposible que lo derrotemos con sólo puñetazos a mano limpia—señaló—. Pero... si consigues darle un buen trancazo, lo suficiente como para que baje su guardia, eso me abriría una ventana para atacar.
—Es arriesgado—concedió Magnus—. Pero, es nuestra única oportunidad.
—¿Y qué esperamos? ¡A la carga!
La espada salió disparada a toda velocidad, trazando un camino de luz a su paso. Apolo frunció el ceño, balanceando su ukelele de combate para cubrirse. Su arma echó chispas al contacto con Sumarbrander, protegiendo su cuerpo divino del filo de su adversario, pero exponiendo su guardia para quien ocupaba un muy lejano segundo lugar en su lista de preocupaciones.
Magnus golpeó a Apolo en el estómago y a dicho golpe le siguió otro en el rostro. El dios respondió tomando a su oponente por el cabello para atraerlo hacia sí y asestarle un rodillazo en la nariz. Jack se lanzó al ataque nuevamente, obligando al dios a soltar a Magnus y esquivar, no sin antes conectar un veloz golpe en la garganta del semidiós, causándole violentas arcadas al hijo de Frey.
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Siete Años Después: (Percy Jackson)
FanfictionLos dioses han decidido que quieren probar de una vez por todas quién es el más grande héroe en la existencia. Cada dios tiene a un candidato favorito para el puesto, por lo que todo se decidirá en un torneo. PRIMERA BATALLA: Hazel Levesque VS Walt...