Fantasmas del pasado:

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SU MÁSCARA SE PARTE EN PEDAZOS, EL GUÍA DE LAS PROFUNDIDADES DEL INFIERNO SE MANIFIESTA


Una terrible tempestad se había tragado por completo el campo de batalla, amenazando con destruir el Julia Drusila XII bajo el férreo puño de Neptuno.

—Jason...—murmuró Percy.

—Ese sujeto, ¿qué demonios pretende hacer?—cuestionó Sadie.

El hijo de Júpiter apuntó su espada y se lanzó envuelto en rayos en un embate frontal.

—Vamos—sonreía al emperador, mientras su rostro convulsionaba en dolor—. Te guiaré de vuelta al Hades...







HACE SIETE AÑOS...


Cascadas de tres metros de altura brotaron del casco dañado del Julia Drusila XII a babor y estribor, bañaron el suelo de mosaico de agua oscura y restos flotantes, y se derramaron por la sima cada vez más grande que se había abierto en el centro de la estancia. Debajo, la maquinaria estropeada echaba humo. Las llamas parpadearon cuando el agua marina llenó la bodega. Encima, alrededor del borde del techo hecho añicos, aparecieron pandai gritando y sacando armas; hasta que el cielo se iluminó y rayos fulminaron a los guardias, reduciéndolos a polvo.

Jason salió de entre el humo al otro lado del salón del trono con el gladius en la mano.

Calígula gruñó.

—Eres uno de esos mocosos del Campamento Júpiter, ¿verdad?

—Soy Jason Grace—contestó él—. Antiguo pretor de la Duodécima Legión. Hijo de Júpiter. Vástago de Roma. Pero soy de ambos campamentos.

—Me vale—contestó el emperador—. Te haré responsable de la traición que el Campamento Júpiter cometió esta noche. ¡Incitatus!

Calígula levantó un lanza dorada que rodaba por el suelo, se montó de un brinco en el lomo del corcel, corrió a la sima y la cruzó de un salto. Jason se lanzó a un lado para no ser pisoteado.

Piper McLean se había levantado gritando de rabia. La parte inferior de su cara era un horror: tenía el labio superior hinchado y partido, la mandíbula torcida y un hilo de sangre le salía de la comisura de la boca.

Arremetió contra la hechicera Medea, quien se volvió justo a tiempo para recibir su puñetazo en la nariz. Tropezó y giró rápidamente los brazos mientras Piper la empujaba por el borde de la sima de una patada. Medea desapareció en la sopa revuelta de combustible en llamas y agua marina.

La chica gritó a Jason. Puede que quisiera decir "¡VAMOS!", pero lo único que le salió fue un grito gutural.

Él estaba ocupado. Esquivó el ataque de Incitatus y paró la lanza de Calígula con su espada, pero se movía despacio. Había gastado toda su energía controlando los vientos y los rayos.

—¡Lárguense de aquí!—gritó—. ¡Váyanse!

Una flecha apareció en su muslo izquierdo y gruñó dando un traspié. Encima del salón se habían reunido más pandai, a pesar del peligro de graves tormentas eléctricas.

Piper gritó en señal de advertencia cuando Calígula volvió a atacar. Jason logró apartarse rodando por el suelo, hizo un gesto como si atrapara algo en el aire y entonces una ráfaga de viento lo levantó. De repente estaba sentado a horcadas en un nubarrón en miniatura con cuatro nubes embudo por patas y una crin de rayos crepitantes: Tempestad, su ventus con forma de corcel.

Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora