Sol de verano:

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Roma victrix!

Roma victrix!

Roma victrix!

Roma victrix!

Con un rotundo bramido y un océano de vítores, el gran coliseo del Olimpo fue colmado de aplausos y alabanzas al nombre del gran pretor de Roma. Riendo entre dientes y con tremenda emoción recorriendo su divino cuerpo, Hércules sonrió enardecido y apretó los puños en ánimo de batalla.

—No estuvo nada mal...—admitió—. Ha pasado mucho tiempo desde que algo hacía hervir mi sangre de esta forma. Te lo reconozco, descendiente de Perclímeno, lo hiciste bien, quizá mejor que tu ancestro. Disfrutaré del momento en que nos tengamos que batir a duelo. Eso es, claro, suponiendo que sobrevivas a la siguiente ronda.

En el campo de batalla, Frank hizo el inhumano esfuerzo por ponerse en pie, viéndose del todo incapaz de ello. Había dado todo lo que le quedaba, cada mínima gota en su reserva de coraje, para lanzar una última y feroz carga. Había funcionado, había ganado, pero no le había quedado absolutamente nada más. Ahora sólo podía yacer allí, respirando con dificultad, orgulloso de su victoria, pero consciente de que nada más podía hacer que cerrar los ojos y esperar por la muerte.

—LA UNDÉCIMA BATALLA ENTRE MEDIONACIDO GUNDERSON Y FRANK ZHANG HA ACABADO CON EL HIJO DE MARTE COMO GANADOR—exclamó Heimdall—. ¡¡ROMA HA DADO UN NUEVO PASO HACIA LA ABSOLUTA VICTORIA!!

La abuela Zhang se limpió las lágrimas que caían de sus ojos y dejó salir una rasposa carcajada desde lo más profundo de su pecho.

—Se convirtió en un dragón, venció a su enemigo, se cayó y se partió el pescuezo—rió—. Típico de Fai.

—Estoy tan orgullosa...—murmuró Emily—. Creció para convertirse en todo un hombre, noble y honorable, dispuesto a sacrificarse, un buen soldado...

—Igual que su madre—concluyó Marte, alzando en alto su lanza pilum—. ¡¡Y ahora celebremos por Frank Zhang!! Salve Romae!!

Los legionarios entre las gradas, los ciudadanos de la Nueva Roma, los fantasmas Lares y los dioses del antiguo imperio se pusieron en pie y a voz de grito vitorearon con sus almas ardiendo hasta destrozar todas y cada una de sus gargantas:

Roma victrix!!

—¡¿Vieron eso, barbaros?!

Salve Romae!!

—¡¿De verdad creyeron que su luchador tendría posibilidades?!

Ave Romae!!

—¡Este es el poder de Roma!

Senatus Populusque Romanus!!

Magnus est Imperium Romanum!!

Carthago delenda est!!

—¿Qué tiene que ver Cartago con todo esto?

Carthago delenda est, he dicho!!

Hazel exhaló un suspiro de exasperación.

—¿Qué voy a hacer con ellos?—negó con la cabeza—. Parecen niños.

Reyna le dio una palmada en la espalda amistosamente.

—Bueno, pretor, ese es tu problema, no el mío.

Y sin decir otra palabra dio media vuelta y se retiró con paso resuelto.





Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora