Viernes Sangriento:

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Mallory se alzaba imponente sobre el campo de batalla, rodeada por la densa niebla del Helheim, dada a ella por Tj. Su armadura, confeccionada por Blitzen, había sido mejorada con la magia de Hearthstone para otorgarle un don por cada uno de sus compañeros, como la fuerza imparable de Medionacido.

"Esta niebla... ¿es sólo para obstruir la vista?"—se preguntaba Piper, mientras alzaba su daga para ponerse en guardia—. "Debo estar alerta"

Una fría y punzante sensación le carcomió las entrañas, como si millones de pequeñas dagas estuviesen apuñalando repetidamente sus pulmones. Con los ojos muy abiertos y todo el cuerpo temblando por el miedo, se encorvó sobre sí misma y vomitó un chorro de sangre.

—¡¿Qué es esto?!—se cuestionaba el público.

"¡¿Estoy vomitado mis pulmones?!"—comprendió Piper, viéndose minúscula ante lo que tenía por delante.

La niebla de los muertos se había concentrado sobre ella como una gigantesca nube, y se precipitaba desde las alturas como un asteroide con curso de colisión con su cuerpo.

"Esta niebla... tiene algo pesado y sólido..."

La nube cayó sobre su cuerpo, arremolinándose a su alrededor. El dolor se hizo casi insoportable, sangré estalló en su rostro, obligándole a apartar la mirada.

"Me dio en los ojos"—pensó—. "Mis pulmones se dañan si respiro. Y mis ojos se dañan si los abro. ¿Qué es esto...?"

La niebla explotó repentinamente, con el rugir de todos los cañones de la Guerra de Civil Estadounidense. Piper cayó pesadamente al suelo, incapaz de defenderse.

—ESTA... ESTA NIEBLA NO ES CUALQUIERA—explicó Heimdall—. HELHEIM ES LA TIERRA DE LOS MUERTOS DESHONROSOS. TROZOS DE HUESO, FRAGMENTOS DE BALA, METRALLA Y POLVORA. ¡ESTO ES TODO LO QUE LA GUERRA DE SECESION, EN LA QUE TJ LUCHÓ, LE HA DEJADO A LAS PROFUNDIDADES DEL INFIERNO!

Mallory no se sentía muy orgullosa. No sentía que aquella victoria fuese suya, sino de la armadura que Blitzen y Hearhstone le habían confeccionado. No obstante, era consciente de que necesitaría aquellas mejoras si pensaba en tan siquiera plantarle cara a los oponentes que ya había presenciado luchar y ganar anteriormente en aquel torneo.

—Ríndete—ordenó, mientras ponía su bota, equipada con uno de sus cuchillos, sobre la garganta de su abatida rival—. Ganaré... pero no quiero matarte. Pero si no te rindes en los próximos tres segundos, te cortaré la cabeza y te mataré.

—¿Ah, sí? Qué amable—desde el suelo, Piper le dedicó una sonrisa tan cálida que podría haber derretido a un gigante de hielo—. ¿Te importaría hacerte un poquito para atrás? ¡Gracias!

Mallory abrió los ojos de par en par, completamente perdida al darse cuenta de que, sin siquiera saber por qué, había obedecido gustosamente a la petición de su oponente.

—¿Qué...?

Piper se revolvió como una fiera, lanzando sendas cuchilladas con su daga. Mallory gruñó de dolor mientras retrocedía con un salto para poner distancias, sangraba profusamente.

"Mi pierna... esto es malo"—pensó—. "¿Por qué le hice caso? ¿Por qué escuché lo que dijo?"

En las gradas, Afrodita sonrió alegre.

—Qué hermoso—suspiró.

Piper se puso de pie. El aire refulgió en sus manos brevemente, remitiendo la luz para revelar su antigua espada dentada, tomada como trofeo de guerra cuando derrotó a los hijos del Viento del Norte en su viaje a bordo del Argo II.

Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora