Una veloz ejecución:

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Por un momento, Leo sintió que el mundo le daba vueltas.

Antes de darse cuenta, estaba echado sobre una pila de metal humeante, demasiado desorientado como para volver a ponerse en pie.

Tj sonrió orgulloso mientras volvía a cargar su arma.

—E... ESO ES... ¡¡LA ARMADURA DE LEO VALDEZ SE HA DESMORONADO!!—gritó Heimdall—. ¡LEO ESTÁ COMPLETAMENTE INDEFENSO!

El hijo de Hefesto se puso de rodillas, respirando con dificultad y sudando a mares.

—Eso fue raro, pensé que sería más difícil cortar a través de ese traje—Tj apuntó su rifle—. Lo siento mucho, esto termina aquí.

El estadio guardó completo silencio. Leo bajó la cabeza.

—Eres mucho mejor luchador que yo...—murmuró—. Lograste superar a mi Argo III... Pero... ¡¿Realmente creíste que eso sería todo?!

Tj abrió los ojos de par en par, girando sobre sí mismo y alzando su bayoneta para defenderse.

Una granada de Arquímedes estalló directamente frente a él, esparciendo palomitas de maíz con sal y mantequilla en todas direcciones.

—¿Pero qué...?

Buford la mesa maravillosa entró volando a toda velocidad en su modalidad de helicóptero, expulsando humo desde sus diversas chimeneas.

—Es... ¿Es eso una mesa cohete?—preguntó Atenea, mostrándose más bien desconcertada.

Hefesto estalló en carcajadas, mientras Tj encaraba a su nuevo oponente.

—Así que puedes lanzar a más inventos tuyos de forma independiente a la armadura...

Frunció el ceño y saltó de espaldas, esquivando por pocos centímetros otra pequeña máquina voladora cargada de explosivos.

—Esto es...

—¡¿QUÉ TENEMOS AQUÍ?! ¿LA TECNOLOGÍA DE LEO VALDEZ SE SIGUE MOVIENDO SIN NECESIDAD DE UN PILOTO?

Leo rió mientras se reincorporaba temblorosamente. Una sombra cubrió al sol y con un estruendo, el gigantesco cuerpo metálico de un dragón de bronce hizo acto de presencia en la batalla.

El chico montó sobre la criatura.

—¡¿Qué les parece?!—preguntó—. Festo, vamos a mostrarles hasta donde hemos llegado, ¿quieres?

Accionó un interruptor tras la cabeza del autómata, desplegando una consola de comandos conectada al propio disco de control del dragón, desde la cual consiguió accesar remotamente a los sistemas de todas sus Esferas de Arquímedes.

Los pedazos de armadura que yacían dispersos en el suelo comenzaron a despegar, impulsados por cohetes, volando por el estadio en todas direcciones.

—Gracias a este pequeño juguete, puedo controlar cada una de mis invenciones a distancia como si fuese un titiritero maligno... ¡O un jedi!

Buford se colocó por sobre Leo, acompañado por el resto de drones, los cuales apuntaban sus armas en dirección a Tj.

—Tal vez puedas derrotarme fácilmente en combate singular—reconoció el hijo de Hefesto—. ¡Pero ahora enfrentas a un ejército entero!

Festo rugió, exhalando un pilar de fuego.

En las gradas, Josephine frunció el ceño.

—Eso es todo lo que le queda...—murmuró—. Su último as bajo la manga. Si este truco no funciona...

Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora