El Berserker de Fläm:

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BERSERKER


Otra palabra para referirse a estos imparables guerreros era:


"ULFHEDNAR"

PIEL DE LOBO


Entre los dioses del panteón Itálico que se asociaron al helenismo, la deidad más aclamada y adorada no era otra que el apasionado Marte Ultor.

El símbolo de Marte, así como la representación misma de la madre de Roma, protectora de Rómulo y Remo, eterna mentora de la Duodécima Legión Fulminata, era la diosa loba, Lupa.

Una vez más, como hijo de Roma, como cachorro de Lupa, Frank Zhang era el líder de su manada, y ya fuese oso contra oso, hombre contra hombre o lobo contra lobo, la pelea debía continuar y terminar con la absoluta victoria de la legión por sobre todos los demás.







Medionacido retrocedía con los ojos muy abiertos en sorpresa, acorralado y acosado por la lanza que su oponente blandía hábilmente.

—EL... EL PILUM DE FRANK... ¡¡HA CONSEGUIDO HACER PEDAZOS EL ESCUDO DEL BERSERKER COMO SI FUERA UNA BOLSA DE PAPEL!!

—¡¡Muy bien!!—animó Emily Zhang, con gran emoción.

—¡¡Así se hace, Fai!!—acompañó gritando su madre—. ¡¿Lo ven, dioses de occidente?! ¡¡Ese de ahí es mi nieto!! ¡¿Ahora están asustados?!

—Debería pedirte que te calmes—le dijo el dios Marte—. Sin embargo, como padre de ese chico, como padre de toda Roma... ¡¡Simplemente no puedo rechazar este ardiente orgullo que siento por él!!

Con un bramido, él y toda la Duodécima Legión se pusieron en pie, haciendo sonar lanzas, espadas y escudos en un desafiante llamado de guerra:

Victoria sive mors!

Mors vel victoria!

—¡¡Adelante, pretor!!

—¡¡Qué increíble ataque!!

Ave Romae!!

—¡¡Así se hace!!

—¡¡Dale una paliza!!

—¡¡Frank Zhang es un tipo increíble!!

—¡¡Él es jodidamente fuerte!!

En ese momento, la cada vez más menguante esperanza de los espectadores escandinavos llegó a su punto más bajo. Todos sus representantes hasta el momento, Samirah, Hearthstone, Jefferson y Alex, habían sido derrotados. Y ahora, su campeón más imponente, su guerrero más imparable y salvaje, sería derrotado por el deseo de victoria de una Roma siempre en expansión.

Frank continuó arremetiendo, disparando una estocada tras otra, su cuerpo y su lanza ardiendo con el poder del dios de la guerra. Medionacido trató de alcanzar su hacha, pero su oponente le cortaba el paso, obligándole a retroceder y esquivar, con su salvaje instinto de berserker suprimido por la abrumadora sed de violencia que el hijo de Marte emanaba.

Un chorro de sangre brotó como una cascada del hombro derecho del vikingo, empujándole cada vez más contra la pared del escenario, dejándole sin más salida que luchar con uñas y dientas hasta las últimas consecuencias.

Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora