Ojos Anómalos:

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"Anómalo"


Esa es una palabra bastante buena para describirle.

El ser humano, con frecuencia, ataca a lo que no entiende. Le teme, se siente amenazado. Pero, más importante aún si cabe, contra lo que no se entiende, no se puede luchar.


ANTES DEL INICIO DEL TORNEO


—No quiero que participes en esta batalla.

La respuesta que Loki recibió fue un jarrón de cerámica estrellándose contra su cabeza.

—¡Largo de aquí!—le espetó Alex, tomando otro proyectil entre sus manos.

Su madre mostró las palmas en gesto conciliador, pero sólo consiguió recibir otro golpe en toda la frente.

—No seas un peón de los dioses sólo por llevarme la contraria y escúchame, que, por una vez, te conviene.

—Cómo no desaparezcas de mi vista en este mismo instante voy a llamar a seguridad. Seguro que a los cuervos de Odín les encantará arrancarte los ojos a picotazos.

Loki no se dejó amedrentar por tales palabras y exhaló con exasperación.

—¿Qué tanto te ha contado tu querida amiga Sif de todo esto?—preguntó—. Entiendes las verdaderas consecuencias que este torneo, el cual los dioses ven cómo un juego de niños, tendrán realmente. El universo se debate, el caos será liberado y al final todos morirán, eso lo veo con claridad.

Alex alzó una ceja con escepticismo.

—¿Y por qué me dices todo esto?—quizo saber.

Loki se encogió de hombros.

—Eso tu ya lo sabes, mi pequeña desgracia—sonrió—. Me sirves mejor viva que muerta, al menos de momento, lo cual este torneo podría arruinar al acabar contigo.

Los ojos dicromáticos de la semidiosa refulgieron.

—Eso... fue una mentira.

Loki se rió levemente y negó divertido con la cabeza mientras se desvanecía en el aire. Al final, de una forma u otra, todo haría sentido.







—Mi forma de luchar es muy simple, en realidad. ¿Algo no funciona? Entonces conviértete en algo que sí lo haga. ¿No puedes atravesar un obstáculo? Conviértete en algo que sí pueda. ¿No sabes qué hacer? Conviértete en algo que sí lo sepa.

Alex bajó su garrote y le dedicó a Thalia una mirada tal que hizo que la lugarteniente de la misma Artemisa sintiese su cuerpo estremecer.

—Y a partir de ahora, Thalia Grace, me convertiré en algo que pueda, sepa y vaya a destruirte.

El público escuchó con atención sus palabras y guardó un profundo silencio, a su vez que la hija de Zeus formaba una sonrisa llena de cansancio.

—¿Convertirte en algo para destruirme, dices?—repitió, con una mirada desquiciada.

Meg frunció el ceño, visiblemente intrigada.

—Soy yo o... el aspecto que Alex tenía hasta ahora ha cambiado.

Siete Años Después: (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora