Parte 54: Golpe A La Monarquía

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"El amor es el signo sin nombre, la cara sin rostro, y la desdicha mas placentera.

El amor tiene nombre, pero no apellido. Tiene palabras, pero no voz. Tiene miradas pero no se ve. Y es la cosa más importante en la vida de los hombres y mujeres.

Tal vez no me ames como yo te amo, mi valiente. Pero, que quede claro, que un hombre enamorado, haría hasta la más loca y absurda de las cosas, y perdonaría hasta la traición las vil.

Atte: Todo tuyo, Dong."


Todo comenzó aquella mañana...

Había despertado luego de apenas dos horas y medias de haber cavado mi cabeza sobre la almohada de lino.

Desperté sin reacción, sin duda de donde estaba, sin mas sueño, y con la cabeza mas fría de lo que alguna vez en mi vida llego a estarlo. Era como si todo el tiempo supiera que se avecinaba con fuerza hacía mi, y ni siquiera algo tan básico y concurrente para mi cuerpo, como el dormir, me era distractor del día que se abarcaba hoy.

Como dije, había despertado, me había dado un baño caliente y vestido como normalmente hacía, luego, baje a desayunar en silencio donde faltaban varias cabezas en la mesa.

El Rey no estaba, su esposa tampoco. Jung Hyng no llego nunca y Jungkook se puso de pie con medio desayuno sin terminar, cuando he llegado a sentarme en la mesa.

Me le quede mirando al verle ponerse de pie y salir de la habitación a toda prisa. Sin siquiera mirarme.

No dijo ni una palabra, nada de: "Lo siento", "Me retiro", "Con permiso". Nada de nada. Mi madre se le quedo viendo al igual que yo, me voltee a soltar un suspiro doloroso. Era horrible la sensación de rechazo que ahora mismo tenía en el pecho, y de nuevo, quise ponerme a llora. Mi madre por otro lado, le miro hasta que dejo por completo la habitación y ya no podía oírnos.

—¿Han visto eso niñas?— Nos preguntó indignada y blasfemando en alto —Parece ser que hoy los Jeon andan demasiado austeros y con falta de modales. —Dijo evidentemente, señalando que ninguno de la familia estaba sentado en la mesa a desayunar. —Que ya llevemos algún tiempo viviendo aquí, no significa que dejemos de ser visita, y deberían ser mas amables con sus inquilinos.

—Madre —respondió Yang Mi cansada y sin ponerle mínima atención a la desaparición repentina de Jungkook. Hasta lucia mas aliviada y tranquila con su marcha. —Por favor, no empieces. Así podremos disfrutar de un desayuno como los de antes. Solo los Dong.

—Para que sea solo los Dong, como tu viboreas —Le respondió insultada y sorprendida de la actitud de Yang Mi —en ese caso, tendría que estar tu padre con nosotros. ¡Y mira donde esta!. —Salto eufórica con enojo —vendiendo esas alianzas, en quien sabe cual país extranjero y nos ha abandonado aquí.

Yang Mi ahora no le respondió y claramente, yo tampoco. Mi madre se paso el tiempo entero que estuvimos ambas sentadas en la mesa hablando y gritándoles a la servidumbre acerca de la comida, de los platillos, quejándose del servicio y del tiempo que tardaban en traerle un vaso con agua de vida.

Era mas que claro que la omisión de la familia real en la mesa, mi madre estimaba que ahora la que mandaba en la mesa del comedor y sus cocinas; era ella. Cosa que, solo dejaba en claro su falta de modales y su enorme narcisismo por el compromiso de una de sus hijas con el príncipe heredero.

Aparte, de creerse especial por los favores ocultos que le daba al Rey detrás de las sabanas de su lecho.

Cuando he terminado, me puse de pie como rayo, y salí de ahí sin decirle nada a ninguna. Seguramente, mi madre también ha hablado sobre lo mal educada que era yo por nunca abrir la boca durante el desayuno, y lo poco cordial que era con mi propia familia.

Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora