"Familia del Lord Dong Kwan:
Se les informa mediante asta humilde carta, que su familia asista al baile de bienvenida del primogénito de la familia Jeon. Su servidor le encantaría que compartieran tan agradable momento en compañía de sus más apreciadas joyas, que son su mujer y sus hijas.Este baile es más ni menos, para conseguirle esposa a uno de los hijos del hombre dueño y señor de silla, uno de los tres reínos de Corea.
Esperamos con ansias su respuesta y su visita por nuestra morada a finales de agosto. Un gusto comunicarme con ustedes.
Atte: Familia Jeon"
Una corta y donaire carta, de una de las tres tierras de Corea. Mi madre releyó la carta al siguiente segundo, consiguiendo una sonrisa lasciva por parte de mi padre. Y un movimiento de pestañas con frenesí de mi quería hermana. Mi mente divagaba en el hijo mayor de la destacada familia Jeon. Un guapo caballero que había sido enviado a las tierras nuevas de Europa en busca de oro y riqueza. Los rumores hablaban de un valiente guerrero que se enfrentó a las más temibles hazañas y a los más rocosos caminos, hasta llegar a la civilización de una vez. Mi pobre e inocente hermana estaba enamorada de ese Lord. Yo sin embargo, le tenía un odio voluminosos al hijo menor del clan Jeon.
Jeon Jungkook. Un pequeño crío de mi edad, que la única vez que tope con él en mi corta y difícil vida, me rompió el vestido más caro que poseía y lanzó al lodo del rebaño. No quería volver a ver a esa criatura nunca jamás. Pero, bien sabía yo que, mis padres nunca denegarían la invitación tan singular.
-Consideró que deberíamos apurarnos en arreglar las valijas y el carruaje - Comentó mama con la mirada en la carta, tal cual como, un animal vagabundo a comida. Suspiré sin querer ser escuchada, no tenía voz ni voto en este lugar. Como cualquiera hija segunda y mujer.
Una parte de mí no entendía porque tal celebración. En Corea y Asia, se conocía la historia donde el señor Jeon, despojó a su hijo de la riqueza que posee la familia y se la dejo todo al segundo heredero. Jungkook. La pelea entre los dos nombres se conocía desde los niños, hasta los adultos mayores. Era extraño la carta de conmemoración.
-Falta solo tres semanas para finales de agosto - Susurro Yang Mi, mi madre asintió desdichada y las dos me miraron esperando algo más por mi parte. Me quede callada, junto a mi padre, que éramos los únicos que no deseábamos ir a aquella festividad.
Mi pobre padre. Que amo a mi madre asta los días más tristes y dolorosos. Ella sin embargo, la primera oportunidad de traicionarlo con alguien de un rango superior, lo tomo. Mama engaño a papa con el mismísimo Laird Jeon. El hombre con más cabezas de ganado que de metros cuadrados de propiedad. Solo recordaba la tristeza en los ojos de mi padre y la sonrisa de superioridad de mi madre. Pero la felicidad y los lujos le duraron solamente dos días. El hombre la dejo por otra, y su mujer, solo veía desde la distancia. Yo no quería algo como eso, por eso, estaba dedicada a casarme con él Lord, Park Jimin. Mi superior y mi gran amor de niños. El hombre de mi vida. No necesitaba ni lujos ni mucho menos engañarle, con el, mi mundo era completo y perfecto.
-¿Piensas quedarte allí parada? - Me cuestiono mi madre poniendo sus manos en las jaras. Yo solo negué con la cabeza sumisamente y me adelanté asta ellas. Mi hermana estaba muy fascinada, me tomo de la mano y empezó a arrastrarme fuera del gran salón.
-Iremos a ver qué nos pondremos, será la mejor noche de todas - No lo creía así - Mi gran amor estaría frente mío. Se enamoraría de mí, y todo quedará más resuelto que cualquier pregunta de nuestras institutrices nos hacían.
No quise arruinar la felicidad de Yang Mi, me quede callada. Siempre que pensaba diferente me quedaba callada, con miedo de ser reprendida o castigada. No podía solamente dejar mi lengua solarse. La noche estaba cayendo, y la servidumbre traía consigo las velas en los soportes caminando hacia algún lugar en concreto. Le sonreí a la mayoría, ellos a mí. Mi hermana sin preguntar tomo la vela de un trabajador ya viejo, que se encargaba en el jardín. Y siguió caminando como si nunca hubiera visto al hombre.
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Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️
Fiksi Penggemar[COMPLETA] La devastadora carta que recibió la familia Dong, fue el fin de la familia modelo, el desgaste de esa misma. El fin fue el inicio de una nueva historia de amor y misterio, en busca de un familiar, un amor y una verdad. >>Derechos reservad...