Poco después de la última ves que vi a Yang Mi, mi padre ordenó mi presencia y la de su hijo primerizo, en sus aposentos. No estaba feliz, en absoluto, antes de que me dieran una mala noticia, ya la tenía prevista. ¿Llamar también el desheredero?, ¿porque tendría que estar en una platica con mi padre si se trata de alguna circunstancia importante". Joder.
No quería saber que quería, pero sin duda eso me molestaba muchísimo. No era estúpido, mi padre eveces creía que yo no era apto para llevar un puesto tan alto como rey, pero el que me ponga un perro ayudante me sacaba de quicio. No lo necesitaba, sea lo que sea que mi padre deseara de nosotros, no lo iba a necesitar,y me iba a negar rotundamente a cumplir algo a lado de Jung Hyung. Camine por el pasillo con una sirvienta siguiendo me los pasos casi corriente, estaba tan enfurecido que no pude evitar lanzar zancadas al suelo de piedra mientras daba pasos largos y no escuchaba nada de lo que me decía.
No quería escuchar a nadie, estaba molesto con todos. Iría a mi habitación a trabajar y después vería a mi padre..., a solas.
—... Entonces por ello, mi señor, es necesario que madame vaya a su habitación lo más antes posible...
Una petición de mi madre, bufé. Claro.
Mamá estaba muy emocionada con el hecho de poder llegar a tener una hija política, que en este caso sería Yang Mi. Mamá siempre deseo compañía femenina que no fueran las criadas y sus dos damas de compañía, pero nunca tuvo lo que deseaba. Yo fui el segundo y no nací con una vagina, eso fue la decepción de mi madre. Ya sabía que esto ocurriría, pediría pasar tiempo con la mujer con la que me casaré, y que me evita cada cuando me ve, o me da sus miradas arrogantes y molestas en las cenas, pero que siempre tiene una puta sonrisa en la cara para el gilipollas de Jung Hyung.
Lo odiaba tanto, lo odiaba más que a nadie en este jodido mundo. ¿Que no daría yo para tener sus sonrisas para mi?, ¿para que sus delgados y preciosos labios me hicieran sus lindos pucheros que aveces hace cuando solo la miro?, ¿qué tengo que hacer para que esos ojos oscuros me miren con adoración, la misma con la que yo la miro a ella?. Tan preciosa, de una piel sedosa y cálida, que me encantaría sumergirme por el resto de mis días entre la cruva de su cuello y de su hombro, y que mis manos aprieten su cintura estrecha con ansias y despecho. Todo para mí.
Apreté la mandíbula haciendo presión contra mi hueso y mis manos hechas puño. Pero ella no me miraba, no miraba a nadie que no sea a ella misma.
O a mí hermano...
—ella no pisara la habitación de la princesa hasta que yo lo ordene —me detuve y le encare, intimidan ola con mi altura y mirándola como si esta mujer tuviera la culpa de todo. Mi madre quería que Yang Mi ahora se mudara a la que debía ser la habitación puesta de la mía, y eso no iba a pasar. Era un castigo secreto que le iba a hacer a esa maldita desagradecida, a esa perra que no me ama. Estaba hecho fuego.
Seguí mi camino dejando a la sirvienta sola en el pasillo y que ella misma se haga nudos con lo que él dije.
Yang Mi un tiempo tendría que sufrir un centenar de lo que yo sufro por ella. Me encerré en mi habitación poniendo la placa de madera en el pedestal de la puerta para atrancarla y que nadie se atreva a molestarme en mis aposentos. Me senté y empecé revisar las cartas que habían llegado, desde hace años había puesto a mi cargo todas la cartas que llegaban al castillo, no podía solamente pasarme por alto algún pequeño detalle, y más sabiendo que antes de que yo naciera teníamos a algunos traidores en este lugar. Todo tenía que ser revisado minuciosamente por mi parte, y deosues, entregaba las cartas a Chan Ji, para que las entregará.
No tenía nada de ánimos, con pereza me tire en la sille de lino y del costal de cartas que había llegado empecé a verlas una por una.
La mayoría era del personal, y al tiempo mi vista empezó a dolerme. Cartes de parejas, familiares, de amigos, de conocidos, te enteraba de todo con una puta carta de dos hojas que era para alguien más. Nada importante, nada que sospechar, deje de leerlas cuando ya no podía seguír más. No tenia ánimos para nada, no estaba en mis cincos entidos, siempre tengo la iniciativa de hacer todo, y todo hoy se me hace algo demasiado grande. Saque las cartas que quedaban del costal y pase una por una solamente dejando las únicas de remitentes que nunca antes había leído.
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Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️
Fanfiction[COMPLETA] La devastadora carta que recibió la familia Dong, fue el fin de la familia modelo, el desgaste de esa misma. El fin fue el inicio de una nueva historia de amor y misterio, en busca de un familiar, un amor y una verdad. >>Derechos reservad...