Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️

Parte 26.

"Para: ¿Dong Yon Sook?"

Había una puerta pequeña aquí, una puerta con cerradura y ya sabía como abrirla. Yo tenía la llave. La duda era porque Jeon Jungkook me la dio. El sabía que yo hacía algo extraño, sabía que me pondría a buscar, el siempre lo supo. Fue el quien se metió ese día a los pasadizos secretos del palacio. Fue el quien camino con los zapatos mojados, y después fue a mi encuentro en el pasillo. Solo el pudo haber sido. Pero entonces... Si fue el, ¿también el escribió la carta?, ¿Porque lo haría?, ¿qué haga a con escribirla y asustarme?, para después, dejarme en evidencia que había sido parte de su plan. Pero no siquiera comprendería del todo su método.

El extraño y misterioso Jeon Jungkook. Era muy inteligente que siempre jugo conmigo. Y ahora no se que trame con darme esta llave y enseñarme esa puertita. Tal vez llegue a un calabozo sin agua y comida para que muera aquí sin que nadie se de cuenta.

Dude mucho en confiar en el, abrirla y ver que había por dentro. El espacio era reducido, pero no lo suficiente para no poder entrar y gatear hasta donde sea que me lleve. Solo iba abrirla, ver que había y si me daba esperanzas de no quedar como tonta en una trampa, entraría. Pensé en correr y hablarle a Mina, que las dos bajaramos o solo yo, pero que ella me pueda ayudar en caso de necesitarlo. Solo que ahora ya no confiaba en ella. Era triste pensarlo, me sentía mal y me golpeaba la realidad de no poder creer ni en mi propia sombra. Sin embargo, había lago que no cuadraba en todo esto, no con ella. Y ya no podía seguir dando pasos en falso, no a este punto de lo que ocurre.

Por lo que decidí hacerlo todo sola. Min Jade aún no llega al palacio, y aparte de que eso me preocupaba, me encontraba dispersa en una manada de lobos... Todos hambrientos esperando que de un paso en falso.

Tome la llave del escondite que encontré aquí en la habitación, por mientras me quedaba en estadía. La metí al cerradura y abrí cuidadosamente escuchando el chirrido del metal de las bisagras todo oxidado y viejo. La empuje esperando ver algún pasillo por donde gatear. Pero no fue eso lo que halle. Había solo un espacio reducido y una pared que hacía un marco del pequeño lugar. Lo que había enseguida de esa puerta era una escalera que iba desde el piso de la habitación, hacia abajo. Tenía que meterme y con cuidado bajar, pero no podía ver nada. Me asome para tratar de ver el fondo, solo que todo se perdía con la oscuridad del fondo.

Tuve que mover aún más la cama, revive que la puerta de la habitación esté bien cerrada, y decidí bajar. Lo sé, muy suicida el acto. Sabía que tenía muchísimas de perder, pero ya no había nada que no pudiera darme un ápice de esperanza. Si no estuviera tan desesperada conmigo misma y con este plan, seguro no bajaría. Pero el caso era el contrario, ya había llorado, priorizado mis ideas, y sabía que todo era un cúmulo de rumbos sin sentido y que regresaban a donde mismo. Tenía que ser valiente y hacerlo. No había tiempo para dar marcha atrás, aparte, por algo Jungkook me dejó entrará ahí.

Por lo que tomé la lamparilla de mano, una de las cuerdas que trajo Mina del sanatorio, y decidí bajar.

Cuando apenas me agache y tenía miedo cuerpo entre la puerta y la escalera, pensé que tenía que llevar algo como una daga, o cuchillo. Así que tomé uno de la colección de armas del Laird. Una Pequeña daga filosa, con una hoja tan Delgada y fuerte que me dejó asegura que no eso serviría. La metí entre los pliegues de mi falda, y ahora si: baje.

No se veía mucho, el espacio para bajar era de una pared completamente claustrofobica rodeandome por completo. Hasta dude que el grande cuerpo de Laird Jungkook cupiera aquí.

No podía ver mucho pero traté de bajar con cuidado por la escaleras de fierro oxidadas. Mientras bajaba, sentía el aire húmedo de aquí abajo, y como el clima iba en descenso con premura. Llegó un momento donde me canse de bajar, pero también deje de sentir la pared de atrás mío rozando e la espalda, ya no había pared alrededor. Ya estaba llegando al fin. Terminé de bajar las escaleras y me di la vuelta despacio alumbrando con la la parrilla.