Parte 7

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Mi estadía en el sanatorio, cruzo más tiempo de lo esperado. Después de que mi soberano se marchara, tuve que volver por órdenes de la Lady, a mí reposo. Era necesario para ser cambiado las telas de vendas y poner plantas medicinales trituradas en polvo junto con agua de vida pura, para ayudar a respirar un poco mi herida. Mi hermana, trato de quitarse a mi lado, pero no le permití a ella al igual que mi madre. No quería volver a verlas en mi triste vida. Podrían estar desamparadas y no me interesaría lo más mínimo. Como a ellas no les importó mi padre. Recé toda la tarde, por qué fuera encontrado salvo y con una excusa necesaria para que no le incumplen de el robo de tales alianzas. Eso fue lo que me hizo meditar en el atardecer.

Mi padre no se encontraba. Las reliquias tampoco. Eso no podía terminar más que señalándolo como el único culpable.

-La cena llegará pronto. ¿Necesitarás ayuda? - le mire de reojo. Sus ojos tenían lentillas puestas en dirección al viejo libro de algún autor desconocido, que tenía en el regazo, en alguna página por en medio de la historia. Yo también tenía un libro en mis piernas, uno muy interesante para hacerme dejar de pensar en mi padre. Pero no lo suficiente para no obligarme a comer las uñas del nerviosismo.

-El problema, es en mis pies Laird. No en mis manos - aprendí, a poder contestarle a Laird Jung Hyung. El me lo autorizó, ya que por alguna extraña y glamorosas razón, le anhelaba que alguien le pusiera en contra.

Como ya esperaba. Una sonrisa apareció en su tono caramelo de piel. Cerró el libro de sopetón y se puso de pie, dejándolo en la mesa de compañía donde se colocaba la bandeja de comida, que me traían. Le mire en todo el proceso. La ventana gigante de la habitación, que casi abarca toda la padre continúa. Tenía el aire libre para circular, pero solamente caiga la noche, y será necesario cerrarlas con el frío viento.

-Lo sé. Pero si fuera Park Jimin, el que le propusiera darle de alimento, estoy seguro que no le negarías - también capte, que él se tomaba deliberadas respuestas o comentarios hacia mi. Tenía un interés por mi vida, que pocos habían aparentado tener a lo largo de esta.

-No hable de algo que no ha pasado. No puede dar por echo un acontecimiento poco factible - le mire en mi estado neutro, arriba de la camilla. El chico se estiró por las largas horas de lectura que tuvo a mi lado, aunque le supliqué irse a las competencias y convivencia sociales que ya hacían afuera. Empecinado se quedo a mi lado.

-¿Miento?

-Absolutamente - otra sonrisa en sus labios. Me dio el tiempo a solas para ir a pedir la cena para mí esa noche. Él ya no podía permanecer a mi lado más tiempo, era moralmente incorrecto. Por lo que me deseó las buenas noches, y salió de allí con un guiño de ojo izquierdo y la sonrisa coqueta que nunca me había donado. También deje mi lectura arriba de la de el, en la mesa de comida. Mire mis pies lisiados por el momento, y sonreí al pensar en Jimin. Necesitaba escribirle una carta. Qué por cierto, había omitido por completo, preguntarle al Laird Jungkook, si había llevado mi carta al telegrama.

Una enfermera del sanatorio, junto con un guerrero, llegaron a mi habitación a dejar una tina de agua caliente a un lado, junto con flores de olores en ellas, y jabón para bañarme. Cerraron la ventana y salieron por un momento para luego traerme la bandeja de comida. El guerrero se marchó y la enfermera amablemente me cuestiono, sobre qué actividad quería hacer primero. Le supliqué acerca del baño. Desde hacía horas el olor desagradable se concentraba en mi. Necesitaba urgente aquel toque de higiene que faltaba. Posiblemente el Laird Jung Hyun ya lo había percibido y por caballero p, no me comentó nada.

Me ayudo a desvestirme y con cuidado absoluto a meterme en la tina. Cuando mi cuerpo entero estuvo des ntro de la caliente agua suspiré de placer. Era simplemente satisfactorio. Le agradecí antes de que se marchara.

-¡Espera! - ya casi lo postergaba. - ¿podrías traerme una hoja de seda y tinta con pluma? Te lo agradecería enormemente - la amable enfermera asintió con una sonrisa.

-Claro que si señorita - salió de allí, cerrando la puerta, atrancando la, para que ninguna otra perjudicará mi baño. Me pase el jabón por todo mi cuerpo, y tuve extremo cuidado con mis pies. Que mentalmente me sentí culpable de no cuidar de mí como debería. Jimin estaría molesto por poner mi pensamientos en un lugar más por encima que mi propia salud física.

Termine mi baño, experimentando un mejor humor en mi. La enfermera en el momento justo apareció de me nuevo, dejando los objetos pedidos en la mesa, a un lado de los libros y la bandeja y me ayudó a ponerme un camisón y volver a la cama. También trajo consigo un cepillo, y con cuidado absoluto empezó a desenredar mi cabellera.

-Muchas gracias. Eres muy amable por darme tu servicios - le confesé mi gratitud con una sonrisa. Me la devolvió al instante, encogiéndose de hombros.

-Es un honor señorita. Ha sido amable con mi hermana menor Woo, cuando se le han caído las copas -¿Su hermana menor? La analice con la mirada. Físicamente no tenían parecido, por lo que no le pregunte por tal cosa. No podía creer, lo diminuto que era el mundo aveces - esto es lo mínimo que puedo hacer. Cualquier cosa que se le ofrezca, a sus ordenes.

-No conocía, que era tu hermana. Hubiera hecho lo mismo por cualquiera - revele sintiéndome a gusto con la muchacha. Ella sonrió y asintió dándome la razón. La miraba por el espejo con admiración, tal vez podría tener compañía en el resto de la estadía.

-Nos hemos dado cuenta. Usted es muy famosa por la servidumbre - se confió, sorprendiéndome en el intento. ¿Famosa? No sabía si preguntar el porque, la respuesta podría no gustarme. Me aclare la garganta algo incomoda por la dirección de la conversación, ella en seguida pudo captar mi desconcierto y confusión en mis ojos - lo lamento. No debí...

-Esta bien - le interrumpí. No tenía que darme explicaciones y una disculpa que no debía de proporcionar - no pasa nada.... ¿Cuál es tu nombre? - cambie de tema, a algo que me interesaba. La chica sonrió por lo bajo.

-Mina. A sus servicios, y mi hermana Woo. También puede pedirle lo que se le ofrezca - asentí. Y a decir verdad, tenía muchas cosas que preguntar sobre este lugar. Y creía que Mina me podía contestar mis dudas, antes de dar por hecho un acontecimiento futurista y para nada grato en mi familia.

Termino de cepillarme el cabello. Y se marchó de allí dejándome una vela de gas para aquella noche fría y varias pieles para taparme durante la noche. Aunque la comida, este posiblemente helada a esta hora. No me impidió ponerla a esa misma en primer lugar. Necesitaba hablar con Jimin.

"Querido Jimin:

Amor. No sé cómo expresarte el sufrimiento que he tenido que pasar en estas tierras desconocidas, lejos de ti y nuestra vida juntos. Mi padre ha desaparecido, puede ser un secuestro, tal vez un intento de inculparlo de un crimen que no le pertenece.

Te suplico, que cuanto antes leas esta carta, viajes asta mi, para poder tenerte de apoyo y con tu especialización en rastrear, tal vez podamos encontrar alguna pista de mi padre. Solamente espero que este con vida, y esto sea un mal entendido. ¿Sabe qué es lo más desgarrador de este evento? Que ni a mi madre y a Yang Mi, les importo en minúscula parte, la ausencia de la única persona que las ha amado por sobre todas las cosas. Te necesito...

Necesito a papa, para irnos de aquí. Jimin, sé que es mucho pedir. ¿Podría papa vivir con nosotros cuando tengamos nuestras nupcias? Te suplico que aceptes. No puedo dejarlo con mi madre más tiempo, ella solamente le lastima y le desgarra el corazón que mi padre le dejo en sus manos. Y ella ahorca con cada paso de los días que sigan. Te amo. No olvides eso nunca, por ti daría mi vida entera mi amor.

Suerte con Pionyang.

Siempre tuya: Dong Yon Sook"

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Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora