Parte 50: Pelea

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—¿Deseas té o café? —la Reyna se encontraba delante mío, con una postura amigable, unos ojos maternales y la sintoniza de una canción desentona da que simbolizaba el presente de su vida, y de las nuestras.

—Té, gracias. ¿Podría hacerle una pregunta? —yo me encontraba sentada en una mesita de madera fina, con incrustaciones de tallos de flores hechas del mismo material. Solamente observando sus delicados, sutiles, y elegantes movimientos.

—Creo que tienes más de una, linda. —Sonrió bromista. Aclare mi garganta sabiendo que me daba el incapie y la bienvenida para poder soltar todas mis dudas, que solo ella podría responder.

—No comprendo mucho sobre esta situación. Sobre sus hijos, sobre quienes son los verdaderos padres. Pero me gustaría hacerlo. Quisiera poder saber la verdad de sus labios. —Me acerco una tácita de porcelana de colores dibujados artesanal ente, la tomé con ambas manos sintiendo la calidez interior y exterior, no del contenido dentro, si no, de mi propio cuerpo.

Ella sonrió algo incomoda, enternecida, quizás.

Me observó mientras ella se servía otra taza para su misma, y se sentaba del otro lado de la mesita en la que yo estaba. Ahí se tomó un largo sorbo de su bebida caliente, parecía preparándose mentalmente, para las palabras adecuadas con las cuales  decirme.

Empezó a contarme, no una historia, si no, sus propios pensamientos y sensaciones.

—Desde que te conozco, siempre vi algo en mi en ti. Así como veo algo del Rey en Jungkook. Pero la diferencia entre nosotros y ustedes, es esa. —Me observó tristemente —ustedes no son nosotros, —luego blasfemo relajada —gracias a los cielos que no. Sería horrible en todo caso.

—No quiero ser irrespetuosa —dije despacio —pero no nos veo muchas similitudes entre usted y yo.

Mi respuesta ocasionó que agachar a la cabeza y sonreirá aún más grande. En vez de ofender la como esperaba que no pasara, ella solo se alegro de escucharme decir aquello.

—Tal vez tu seas más valiente que yo, eso es cierto. Yo tuve el poder de cuidar a mi familia y no lo hice, de escaparme si no me quería casar, y aún así lo acepte. De aguantar, y ser oprimida, callada, sumisa... —parecía avergonzada mientras me lo decía —y lo más posible es que tu nunca cometerías los mismos errores que yo hice. Pero, —dijo mirándome en un lenguaje que decía "no significa que no tengamos similitudes".— Me recuerdas a mi antes de perderme a mi misma en las órdenes del Rey. Yo era una chica con la moral alta, con educación, con los principios claros, y con un corazón que nunca dejaría amar al hombre de mi vida.

Trague saliva al escucharla. Era incómodo saber que ella y el jardinero... Yo llegué a pasar tiempo con ellos dos, y jamás me di cuenta que entre ambos había algo más.

—¿Y que pasó?.

Su mirada se apago y se volvió un vacío de dolor y pena.

—Que no luche. Ni por mi misma. Ni por el hombre que amaba. Y luego... Ni por mi hijo.

—¿Se refiere a Jung Hyung? —ya no quería té. Lo deje en la mesa mientras ella negaba.

—Siempre supe que Jung Hyung no era del rey. Pero al ser ambos de pelo oscuro de ojos oscuros y que tenía más parecido físico a mi, nunca lo noto. —Se puso las manos al cuello y tomó con fuerza un collar que tenía en el. Lo reconocí, hasta que empezó a juguetear con él. Era el mismo que me había dado para ponerme lo en el baile de los príncipes. Era el mismo...
—Pero eso no quitaba que me sentía en deuda con mi hijo, y que sentía la inmensa responsabilidad de cuidarlo y ser cercana a él sabiendo que no era hijo del rey. Tanto, que cuando nació Jungkook, siempre pensé que él no necesitaba la protección que yo le daba a Jung Hyung, y lo deje a un lado muchísimos años.

Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora