Parte 43

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Momento alterno del capítulo 41.

Jimin estaba parado en las caballerizas con una postura recta y los brazos cruzados sobre su grande pecho musculoso. Estaba mirando a varios caballos pardos y pura sangre que suspiraba y entre ellos se observaban con atención. Luego le dio una ojeada al caballo de Jungkook. Max. Aquel precioso caballo que debía de valer entre lo que costaba una casa de pueblo, y lo que podría valer hasta una parte de sus terrenos.

Había decidido salir un rato después que Yon Sook había pedido que Jeon Jungkook entrará a su habitación antes que él. Le había dolido pero al mismo tiempo, no podía culparla.

Por su culpa, ella había salido herida.

Pero ese Jeon, siempre fue bastante superficial para Jimin.

Pero no era el motivo por el cual lo detestaba tanto. Nunca había existido tanta rivalidad entre ellos alrededor de la época cuando fueron compañeros de entrenamiento en combate. Ni tampoco en las guerras bajas que llegaron a liderar hombro con hombro. Jimin siempre ignoro a Jeon Jungkook mientras trabajaron codo a codo en luchas y batallas. Nunca fue impresionante, ni benevolente conocer al príncipe de una de las coreas, tampoco su cargo ni supremacía hacia que Jimin le nazca besarle los pies, ni ser uno de sus camaradas guerreros que solo se acercaban a el por ser el Principe se uno de los reinos sur coreanos.

Si existía un ápice enorme de odio mutuo, era por una mujer.

Unos pasos lentos y femeninos se escucharon fuera de la caballerizas, y poco después alguien abrió las arcadas de esas mismas sin intención de encontrarse a Jimin ahí parado.

Yang Mi al ver que el lugar estaba ocupado, primero se quedó de pie mirando a hombre que tenía frente suyo. Luego, solamente decidió retomar el paso ignorando su precencia.

Necesitaba relajarse un rato. Y había descubrió que dar algunos paseos calmados a caballo le ayudaban bastante a esa tarea. Por lo que todas las mañas salía desde el amanecer a cabalgar hasta la hora de desayuno. Cosa que se había convertido en un hábito para la chica.

Ver los verdes prados empezar a iluminarse con el leve destello de la luz mañanera y fogosa del sol saliendo entre las montañas para un nuevo día. Sentir el agradable clima colarse entre los poros de su piel porcelana. Mientras escucha los principales sonidos del canto de las aves mañaneras y del sonido del agua cayendo desde el lago central del bosque.

Se ajusto bien sus guantes de montar y luego se acercó al mismo caballo que Jungkook le había proporcionado aquella vez que salieron animosamente a cabalgar juntos cuando ella recien había llegado.

El día que se revelo la desaparición de su padre.

Como maldecia con todo su ser, cada sonrisa, cada conversación, cada mirada amigable, cada roce, cada cercanía que llegó a tener con Jeon Jungkook en su pasado. Le daba asco.

Se acercó al lado derecho de los establos y fue directo donde siempre estaba aquel bonito caballo blanco. Ya que no estaba el ayudante de las cuadras, ella sola se puso a la tarea de sacarlo de ahí.

—¿Necesita ayuda? —Jimin la empezó a observar, en el momento que paso a su lado sin siquiera darle los buenos días.

—No, Laird Park. Estoy bien.

Yang Mi estaba enojada con Jimin. ¿Cómo se atrevía a preguntarle si necesitaba ayuda cuando había algo en lo que si podría ayudarla y no lo hacía? Como ahora sí fingía ser bueno con ella, aunque sea para ayudarla. Cuando anteriormente le había dado la espalda.

Ella entendía las razones de Jimin para no quererla. Pero el motivo del cual ella lo necesitaba no era sobre ella. No era el que la ayudara a escapar de su terrible destino predecido a la fuerza por el príncipe de una de las tres Coreas. Era sobre su hermana y su futura esposa.

Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora