Parte 13

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De nuevo, nada.

Había terminado mi expedición antes de lo previsto y era para poder hablar con Yang Mi, sobre nosotros. Pedirle salir a pasear, jugar un juego de mesa, platicar como anticipadamente lo hacíamos. Por lo que con una sonrisa repleta de esperanza, cruce el umbral de la puerta trasera del castillo. Mirando a algunas criadas reverenciar mi paso, y junto con ellas lacayos y guerreros. Camine asta las escaleras que daban al segundo piso, tenía previsto poder decirle lo mucho que significaba para mí, y ahora que me encuentro a escasos paso de su puerta, las ganas eran más que inmensas. Golpéate un par de veces, escuchando del otro lado el movimiento reprendido de pisadas y objetos, imaginaba que trataba de arreglarse, sonreí inconscientemente.

-¿Diga? - Pero que...

Tenía unas enormes ojeras, sus labios de color blanquecino junto con toda su piel, casi llegando al color de su hermana Yon Sook. El cabello estaba revuelto, su hermosa melena castaña, que antaño le caía como cascada de seda, en estos instantes era una bola de paja encima de un mal hecho moño rosa. Su vestido estaba mal gastado y sus pies descalzos. ¿Qué pasó contigo cariño?

-Lo Lamento, no quería interrumpir - y por no decir que su esperanzada voz, con fe en la mirada, terminó en un entrecejo fruncido, y una bola de fuego entre sus orbes, directamente hacia mi. ¿Porque sigues molesta? Debería estar entusiasmada, como yo.

-No es eso. Esperaba que fuera Yon Sook - asentí. Entendía que Yang Mi, buscaba desesperadamente a la menor de su clan, ya que eran amigas entre sí. Eso me decepciono un tanto mucho - ¿Qué se le ofrece Laird? - el tono irónico y enfurecido que me lanzo, me hizo apretar los puños. Solo buscaba su cariño, pero parece que no lo localizaría actualmente.

-No, nada - susurre, no dejando de observarla, asintió y hizo el ademán de cerrar su puerta, no sin antes escuchar su "que pase buena tarde" y la pierna en mis narices.

Me sentía furioso e impotente, las ganas de derribar la puerta y doblegarla eran inmensas, pero era Yang Mi, de quien se trataba. No podía tocarla aunque quisiera. Lance un largo suspiro tranquilizados al aire, viendo como un lacayo venía desde el pasillo. Iría a leer, si no podía hacer nada productivo el día de hoy.

-Mi Laird - reverencio el lacayo, delante mío, deteniendo el primer paso que tuve en mente proceder -lamento ser inoportuno. Lo que acontece, es que la Lady Yon Sook, desea su presencia.

No viene a ver a su hermana pero sí a mi. Bufé.

Tal vez quería entregar otra carta, sonreí un poco, ahora mi esperanza caída, y su derrumbe, tenían que despertar y levantarse por algo mucho más importante, podía encontrar algo interesante en la carta del día actual. Podía ser un descubrimiento o una pista de su padre, tal vez y con suerte, que ya le encontró.

-¿Está en el sanatorio? - negó un par de veces.

-Con su madre.

Allí me encaminé. Deje al lacayo a mitad del pasillo, y camine asta la otra esquina del piso, donde su madre se hospedaba. Pensando en esa mujer, tenía previsto, deshacerme de la cuando me casara con Yang Mi, ella no será participe de mi familia, por más encariñada se prevenga mi futura mujer. La única que podía hacerse cargo de la maldita vieja, era Yon Sook, y asumía, que ella si no hallaba a su padre, su progenitora, asumiría las consecuencias. Toque un par de veces la puerta, escuchando por dentro el habla de la fulana que se revolcaba con mi padre. Me dejaron entrar. Su madre no se encontraba en estados óptimos, por lo que induje que hoy no tendría un acercamiento carnal con mi padre. La mire con molestia y enojo, apartando su prevé vía de mi atención.

-Escuche que me buscaba - fui directamente con Yon Sook, que está estaba sentada sobre la cama, con vendaje en los pies, observándome con una intensa mirada azabache. Asintió despacio, empezando a arrastrarse a la orilla de la alcoba percatándose de la mirada reprochable de su madre, que tampoco me pasó por alto.

Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora