Parte 23.

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Una semana después de la ida de los Lairds y mi mamá e hermana.

Tomé la taza de cerámica y me la lleve a los labios oliento la cocoa entre mis labios y la taza pegada a la nariz. Tan sutil, tal tranquilo.

Se que decir que después de una semana las cosas aminoraron o en su defensa, mejoraron. Sería mentir despiadadamente. No había pasado más que mis días a un costado de la Reyna como su sombra. Todos los días iba a por mi una vez el alba se marchaba, y me pedía ir a recolectar a los jardines traseros un par de frutilla para comer más después. En todas las ocasiones siempre está el jardinero cerca, y aveces la Reyna pedía su opinión sobre las frutas de los árboles, o las plantaciones de los huertos cercanos. Y ahí me di cuenta que ese pobre hombre se encargaba de todo lo que tuviera que ver con las plantaciones y el lugar. Tanto que no pude evitar pensar en preguntarle si la semana pasada había visto a uno de los Laird irse al lago empapado y regresar al castillo poco después. Lo suficiente para no tener tiempo de secarse y entrar a hurtadillas. Sin embargo nunca me dio tiempo, no con la Reyna parlotenado cada minuto mientras me contaba cosas que ahora mismo no recuerdo. Después, íbamos a desayunar. El Rey la mayoría de las veces desayunaba junto a nosotras y se sometía así mismo al tener que retenerse en contra de sus institutos al tener a su esposa en frente. Aún así, estando en precedía parece que la falta de personas en el palacio le dejó mucho quehacer según me contó la Reyna. El trabajo que dejó aquí Jung Hyung y Jungkook lo tiene que hacer ahora todo para el solo. Si uno creyó que esos dos arrogantes guerreros en realidad no hacían nad amas que soltar blasfemias y gritos de guerra, pues estaba muy equivocado. Un día mientras comíamos en la biblioteca lo soltó todo: Jungkook casi siempre se encarga de las finanzas del pueblo. De los alcaldes cercanos el se encarga de revisar con lupa de detalles los suministros para los pueblos más urbanos, el más cercano al palacio, y los centros rurales que no tienen tanto abastecimiento de proveedores como las urbanizaciones. Contabiliza a los gastos y ordenaba los comercios junto con los pagos de cada suministro. Aparte de que era el principal dueño de la mayoría de caballerías y agricultura del país, precia ser que se le daba muy Bian la organización y la confianza de su padre para dejarlo de una vez todo a su nombre. Jeon Jungkook no necesitaba ser Rey para ser asquerosa mente rico. Solo con sus tierras rentadas a campesinos, los huertos donde la mayoría de surtidos provienen de ellos, y la buena economía de las caballerías, tenía suficiente para ser uno de los hombres más ricos del continente. Y eso sin contar su apellido y que sería el futuro Rey.

Que maldito con suerte.

Y Jung Hyung, tal y como ya se podría deducir, es el encargado de liderar a las tropas de nuestro gobierno. El se encarga principalmente de monetizar los recursos para los guerreros, subirle de casta, entrenarlos con la propia mano Maestra, y revisar que cada campo de entrenamiento esté al tanto y al orden. La Reyna con orgullo alzó el pacho y aseguró que nunca habíamos tenido tropas tran fuertes y tan bien equipadas desde que Jung Hyung obtuvo ese puesto. Y no por su padre. Se lo ganó después de ayos de expediciones junto con los demás guerreros y cadetes al mando que enseguida lo subieron de posición.

Me enteré más cosas de las que seguro desee saber de esos dos en mi vida.

Uno pensaba que quedarme toda la mañana con la Reyna, bastaría. Podría disfrutar de mis tardes con Mina, o buscando más acerca de los pasadizos, necesitaba volver a entrar... Sin embargo, no, noe ra así. La Reyna le encantaban los juegos de mesa, y siempre que terminábamos el desayuno, antes que me pudiera lamentar por la ida y despedirme de ella, se oponía completamente mientras decía que había sacado otro jueguito chino que tenía guardado en su habitación de princesa. Esa habitación que dice que pronto será tomada por Yang Mi.

Entonces nos regresábamos a la biblioteca y nos quedábamos horas jugando o leyendo algo. Si no tuviera cosas más importantes que hacer lo aceptaría y con gusto me quedaría a su lado. Pero no era el caso. Aunque habló como no puedo safarme de las insistencias de la Reyna, debo admitir que le aprecio, y que esta semana le he tomado cariño hasta a sus chistes malos que recurre decir todo el tiempo. A sus pláticas largas y a sus sonrisas contagiosas. Es..., es como la madre que desee tener....

Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora