—Nos han mentido. —Alzó la voz, arrugado las cejas. —Hemos venido a esta casa y nunca nos informaron de la falta de alianzas. —Hablaba el menor de los príncipes en una posición más tranquila que sus hermanos. Era el único que se mostraba neutral y tranquilo a la hora de hablar, al contrario de sus dos hermanos mayores que actuaban y hablaban demostrando su desapego y evidente molestia.
—Las vamos a encontrar. —Aseguró el rey con una pose rígida, y tan enfurecido por que se hayan enterado de la verdad, cuando debería pedir clemencia por un poco de piedad con su vecinos del sur. Como siempre, tenía que tomar el lugar del enfurecido. —No dijimos nada justamente por esto. Ustedes solo nos quieren venir a bajo.
—¡Han roto la ley que teníamos! ¿Que espera que hagamos? ¿Qué aceptemos que nos vea la cara?. No, señor. No consentiremos eso.
—No, pero tampoco esperamos que exista una guerra civil. —Habló la reina por primera vez en su lugar junto a su esposo, observando todo desde una perspectiva madura y serena. Tan usual cómo en todas las ocasiones que se ha ameritado. La reina no se altera, no grita, no se enfurece, sólo busca fríamente una solución al problema. Como una neutra, sin corazón, pieza de ajedrez.
—Vamos. —Jungkook se puso de pie con tranquilidad y una sonrisa en la cara —es absurdo crear todo un problema entre los reinos solo por esto. Hacer una guerra o tratar de quitarnos el poder de nuestras tierras hará que la gente se enfurezca, que nuestros guerreros maten a los suyos y viceversa. Que nuestros aldeanos tomen sus armas de agricultura para sacar sangre a los aldeanos. Manchar la sangre de ciudadanos de la sangre de otros ciudadanos... —miró al suelo negando —Hacer eso no sólo afectará terriblemente la armonía en los tres reinos, si no, que afectará a la economía, a la agricultura y ganadería, sin contar las conexiones y aliados que tenemos en el extranjero. Esto es un perder y perder, desde donde sea que lo vean.
—Eso es cierto.— Apoyo la reina asintiendo. El rey sólo se mantuvo en silencio pero agradeció a sus dentro que Jungkook estuviera ahí para hablar por el.
—¿Y que dicen de nuestras propias amistades? Han insultado, ofendido, violado, y mentido las alianzas que han hecho nuestros antepasados por los tres reinos. Ha sido una completa traición a nuestra cultura, y también a nuestros valores y constitución. No pensamos dejar pasar esto de largo, si eso es lo que pretenden, y déjenme decirles que los del norte tampoco.
—El rey Kim. No está contento, pero ha dejado que nosotros decidamos que se hará después de este ultraje a nuestros lazos. —Habló calmandose un poco el mayor de los tres príncipes. El cabecilla de eso. Si Jungkook lo convencía a él, era seguro que podían terminar aquel disparate de buena manera. Tenía que hacer un trato con el, a fin y cuentas, era el heredero a su trono. —Pero yo no pienso estrechar la mano con usted, su majestad.
—¿Cómo has dicho? —el rey se puso de pie, sorprendido, indignado e ido a la vez. —¿No piensas llegar a un acuerdo?.
—No, no con usted.
El rey bufo desorbitado por el enojo. —¿Y con quien si? —rugio alterado. La reina puso su mano encima de la de él para detenerlo. No estaba en posición ni en palabra para gritarles así a los príncipes del sur, no cuando la estabilidad de su poder dependía de lo que ellos decidieran —esto es una tremenda y absurda situación. ¡Yo soy el Rey aquí!
—En realidad. —Siguió el príncipe hablando. Controló sus impulsos agresivos de mandar a callar a ese viejo zorro — Mientras nos exista ninguna alianza en sus manos que me demuestre que posee, no es rey, ni aquí, ni en ninguna parte. Esta escrito en nuestra Constitución. Así que, será mejor que baje el tono si no quiere que llame a mis guardias ya acaben con su palacio esta noche.
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Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️
Fanfic[COMPLETA] La devastadora carta que recibió la familia Dong, fue el fin de la familia modelo, el desgaste de esa misma. El fin fue el inicio de una nueva historia de amor y misterio, en busca de un familiar, un amor y una verdad. >>Derechos reservad...