Al fin estaba completamente bien de los pies, la alegría que profesaba no tenía nombre ni apellido, estaba demasiado contenta para poder seguir en la habitación del sanatorio enjaulada como un animal. Era el momento preciso para poder salir. Ya podía darme paseos por el castillo sin tener la sensación del hormigueo en mis plantas, el dolor de los callos, las heridas que podrían abrirse. Y estaba tan contenta que me tome un día completo para mi misma. Desde que el alba abarcó el palacio de Busan, y las luciérnagas dejaron de cantar, el gallo empezó a sacumbir en las ventanas, fue cuando decidí dejar mi habitación...
Sentía que con mis pies saludables ahora si podía hacer todo lo que tanto anhelaba con fervor. Le dejé una nota a Mina antes de partir. Tenía el plano mal hecho casi a pedazo en mi mano con cuidado y delicadeza lo tenia sujeto listo para esconderlo si alguien más le veo pasar por ahí. Ayer en la noche, hice que Woo y Mina se quedaran en mi habitación a dormir. Fue el primer cierre de los que se avecinaba, de lo que encontraría, y del después.
Vague por el pasillo principal del sanatorio hasta salir de este directo a las cocinas.
Poseía tres días, solamente tres días antes de la llegada de Min Jade al palacio. Estaba demasiado conmocionada por su llegada, su visita aquí me ayudaría muchísimo.Ella le era fiel sirviente a mi padre, siempre fue audaz, silenciosa, leal y lo más importante, las personas tenían el afán de creer la tan inservible y bocona, que nunca se enteran de las cosas que Min Jade puede llegar hacer. Tenía un trabajo específico para ella, donde era el alma mater de su misión. Ella tenía que encargarse de mí madre y Yang Mi en lo que necesite. Me urgían cosas, respuestas y ayuda mucho tener a una dama de compañía en el palacio. Quiza, más de lo que debería. De nuevo, tenía que ser lista.
Antes de pasar a las cocinas para el desayuno matutino de hoy escuche una voz detener mi paso. Cerré los ojos un momento antes de tranquilizarme y darme la vuelta para encarar a mi madre.
—Veo que madrugaste.
—Me emociona el echo de tener mis pies ya curados que no lo pude resistir —la vi observarme con sorpresa y luego sus ojos hacer ante mis plantas. Mientras no me miraba la observe con ironía, claro que estaba sorprendida esta mujer. Ella nunca estuvo metida en el tiempo de recuperación de mis heridas, ahora bien, ni siquiera creo que le importe.Con dolor di un paso atrás oara verla mejor, tenía uno de sus mejores vestidos puesto y estaba perfectamente peinada, no se a que muchedumbre tuvo que levantar para que le hiciera estar trenza en la cabeza y le asear a con un olor frutal tan agradable. Mi madre se esforzaba mucho para verse a la altura de la Reyna, y caía precipitadamente como una fulana vulgar vistiendo de seda.
Que amargura ha de sentir, tal vez en las tierras inglesas nunca le comentaron que algunas veces la sencillez es sinónimo de elegancia. Miró con desagrado mi ropa, y terminó a mirarme a la cara con una sonrisa incomoda, yo no le caía bien, y ya lo sabía. Sería una piedra para sus intensiones.
El poco tiempo que me he llevado con mi superiora, fue suficiente oara tomar la batuta de su lado, y decidir que si estaba en mis manos, mi madre no volvería a estar en el lecho de ese hombre con dinero y ganado de sobra. Y de hecho, ayer estuve tratando de idear un plan que me funcione lo suficiente para mantener al rey lejos de mi, y de mi madre. Lo único que se me ocurre es esperar la partida del sequito e idear algo con Mina para ayudarme a que el rey no me busque como otra más de sus amantes.
—¿Desayunamos juntas?, vi que hay una a mañana preciosa, así podemos ponernos al día —me sonrió con simpatía falsa y pasó a un lado de mi acercándose a la criada más cercana de las cocinas. Yo la seguí por detrás.
—Lamento defraudarla madre. Pero ya tengo compañía esta mañana para mi desayuno. —se detuvo precipitadamente—¿Y se puede saber quien? —se dio la vuelta para mirarme ahora si, sin esa careta que tenía conmigo desde que entró, y mostrando la verdadera imagen de mi madre. Una que no estaba feliz conmigo. —mira, mejor ni me lo comentes —alzó la mano y me hizo una señal de detenerme —no me importa con quien tengas un desayuno hoy, tu y yo desayunamos juntas, y lo he dicho, soy tu madre y necesitamos conversar. —de nuevo se dio la vuelta sin buscar dejarme replicar ante su invitación tan singular como amarga. Luego miro sobre su hombro y me sonrió con amabilidad falsa —aparte de que te estas olvidando mucho de tu madre estos días.
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Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️
Fanfic[COMPLETA] La devastadora carta que recibió la familia Dong, fue el fin de la familia modelo, el desgaste de esa misma. El fin fue el inicio de una nueva historia de amor y misterio, en busca de un familiar, un amor y una verdad. >>Derechos reservad...