Parte 59: Muerte

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La Reyna Madre corrió hasta que sus pies hincharon. Pero nunca se detuvo.

Llego al palacio en menos de un parpadeo y atrás de ella venia su escolta y su futuro esposo que preocupado, traía las cosas para quedarse unos días en el palacio al ver la situación en la que estaban.

La Reyna no pidió ninguna explicación ni hablo con nadie. Fue directo al cuarto de su hijo y abrio la puerta de golpe.

Ahí estaba, su bebe. Su niño. Su guerrero favorito. Su pequeño Kookie. Tendido sobre la cama con una postura calmada y con los ojos cerrados. La imagen de paz que transmitía a primera vista, era lo mas lejos de la verdadera realidad del asunto. Jungkook no estaba bien.

Estaba roto, y había intentado acabar con su vida.

Esa vida que la Reyna le había dado. Esa que ella espero pacientemente nueve meses completos. Esa que con angustia, dejo a un lado por sus propios bienes. Su bebe Kookie, estuvo a punto de perderlo y apenas se daba cuenta de ello.

—Mi corazón —sollozo tocándole delicadamente el rostro y paseando su mirada por la pálida tez de su hijo dormido.

Hye Min So. Su novio y futuro cónyuge. Estaba hablando con algunas enfermeras desde la puerta con una mirada preocupada y sin dejar de observar a su mujer con su hijo. Cuando acabo, se acerco a ella y le tomo de los hombros para atraerla hacía el.

—Estará bien cariño. Estará bien.

Pero la Reyna Madre no creía completamente en esas palabras. Nunca dejo de observar con tristeza a su hijo dormido y lastimado emocional y fisicamente.

—¿Lo estará? ¿En serio lo hará? —se volteo a mirar al hombre que amaba y desalmada, y con las lagrimas en las mejillas lo miro destrozada —trató de quitarse la vida, Min So. Si hubieran llegado unos minutos mas tarde, él...— su voz se quebró ante la idea de perder a su hijo. No ahora. No cuando por fin estaba intentando recuperarlo. Con coraje e indignación siseo segura —debemos hallar ahora mismo a Yon Sook. Y rápido.

—Ella no tiene la culpa corazón. Y no podemos obligarla a estar con Jungkook si ella no lo desea. —Su amor de vida estaba tan preocupada, que no razonaba con la verdad.

La Reyna Madre, rabiosa, se volteo con las mejillas ardiendo de rabía. —¡Si ella no se hubiera marchado nada de esto tendría que pasar! Mi hijo cada día que no esta con ella sufre. Y profundamente. Ella lo dejo. Se fue y le partió el corazón, ¿Tengo que esperar a que mi hijo acabe consigo mismo para hacer algo? —resoplo indignada —no lo haré. No me importa si ella quiere o no. —miro a su hijo tendido y de vuelta sus ojos se encojieron en llanto.— No dejare que por ella mi hijo pierda y termine de romperse. Antes la obligo a casarse con él.

—No estas pensando con claridad —aseguro con voz seria y algo tajante Min So —parloteas como si solo importara lo que Jungkook quiera y sienta. No lo que ella ha tenido que pasar en estas paredes. —le puso una mano sobre la espalda y la acarició esperando que ella piense con la mente fría —recuerda que ella era como tú de joven. No porque el Rey quiera estar con ella, significa que solo importa lo que el sienta. No repitas la historia, porque recuerda como termina y se que no quieres que suceda algo similar.

Se apartó de ella y salió a buscar a su hijo para que venga a ver a su hermano.

La Reyna mientras tanto, se hecho a llorar en el lomo del pecho de Jungkook, y lloró. Lloró a gritos y maldiciones. Lloro porque lo quería ver feliz. Lloro porque en esa cama estaba solo un alma sin vida, sin metas, sin amor, y sin nada.

Min So bajo hasta el monto de guardias en el jardín trasero. Los saludo a los que conocía, y les pregunto por Jung Hyung. Ninguno pudo darle una respuesta. Con extrañeza, fue a las caballerisas y pregunto al herrero que hablaba con el encargado de las escuadras.

Three Kingdoms of Korea - Jeon Jungkook☑️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora