Capítulo 36

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Narra Marcos:
Voy andando por los pasadizos cada vez más preocupado por Paula, está aquí sola y es tan pequeña que le podría pasar cualquier cosa y además espero que Kilye halla podido frenar a los chicos y lograr que se quedarán para ayudarnos.
Voy pensando en un montón de cosas cuando recibo un gran golpe en la parte de atrás de la cabeza, no sé qué pasa después porque lo veo todo negro.
_ Paula: Marcos, Marcos, oigo la voz de mi hermana y comienzo a ver todo borroso.
_ Paula, ¿éstas bien? ¿te ha pasado algo?, le digo levantándome de golpe y viendo todo con claridad.
_ Paula: estoy bien pero no encuentro a Papa Noel, se metió por la chimenea y yo lo seguí, dice con la voz apenada.
_ Venga tenemos que salir de aquí Paula, le digo dándole la mano.
Paula no para de quejarse diciendo que quiere ver a Papa Noel, tengo la cabeza hecha un lio y cuando menos me lo espero veo la puerta donde estaban los cadáveres de los huérfanos y Alfonso, Paula suelta mi mano y corre hacía ella.
_ Paula: Marcos es el buzón de Papa Noel y si hecho aquí mi carta seguro que me lo trae todo, dice con una sonrisa.
_ Venga pero date prisa y vámonos de aquí o Kilye se va a preocupar, digo y cuando vuelve hacia mi le apretó fuerte la mano.
Vamos andando rápido por los pasillos y no consigo encontrar ninguna de las salidas y de repente pum, un gran estruendo se oye cerca de donde estamos, corro rápido mientras apretó fuerte la mano de Paula hasta llegar a una
columna y espero a ver si viene alguien.
_ Paula: Marcos mira, es como el que tenía mamá - dice señalandome el símbolo de una especie de puerta - a lo mejor ella también estuvo aquí cuando era pequeña, dice con una sonrisa.
_ Venga Paula, tenemos que salir de aquí, le digo y un motón de cosas vienen a mi mente.
Esa niña se parece a mi, las niñas muertas tenían el coeficiente intelectual más alto, Elsa me ha dicho que soy muy lista, por favor decirme que esa no es Paula.
El pánico me recorre el  cuerpo al no encontrar una salida y empiezo a agobiarme.
Narra Ivan:
_ Kilye: tenemos que bajar ya, ¿se puede saber a donde cojones vamos Ivan?, dice y en su voz se puede notar la preocupación.
Vamos hacía las cuadras para cojer una escopeta que hay en uno de los armarios, aunque ellos no lo saben, al llegar allí la cojo y mis amigos me miran con cara de horror.
_ Vicky: es que estas loco, deja eso ahora mismo y vamos a bajar, dice.
_ A ver si lo entendéis, Marcos y Paula están allí abajo y no sabemos que o quien además de ellos puede haber, digo mientras salgo por la puerta.
_ Kilye: Ivan tiene razón y ahora vamos a bajar de una puta vez a los pasadizos, dice acelerando el paso.
Al llegar a la biblioteca los profesores están hablando y no podemos pasar.
_ Carol: tenemos que esperar a que  se vallan porque con ellos aquí no podemos entrar, dice.
_ Kilye: si les pasa algo no me lo perdonaré en la vida, dice nerviosa.
_ Estarán bien, el botafumeiro sabe cuidarse solo y no les pasará nada, digo cogiéndole la mano e intentando tranquilizarla.
Narra Marcos:
Mis nervios aumentan cada vez más y más como las preguntas Paula y entonces por fin veo las escaleras que llevan hasta la salida del bosque, cuando salimos fuera sigue nevando y hace mucho frío, me quito el jersey del uniforme y se lo pongo a Paula encima del suyo.
_ Paula: mira Marcos sigue nevando, dice con una sonrisa.
_ Venga vamos al cole, que hace frío, le digo dándole la mano y poniéndonos en marcha.
Por el camino la tengo que cojer en brazos debido a el frío que hace, seguimos caminando hasta que vemos uno de los autobuses del colegio, cuando abre la puerta todos los niños están muy asustados y el conductor tiene una rama de árbol atravesada por el hombro.
_ Señor, ¿qué ha pasado aquí?, le pregunto cogiendo una manta que hay en el suelo.
_ Chófer del autobús: hemos derapado por la nieve y nos hemos  estrellado contra el árbol, la señorita Amelia ha ido a buscar ayuda pero no ha regresado, dice.
_ Paula, tienes que quedarte aquí y distraer a los niños mientras que yo vuelvo con Amelia, le digo cogiéndole las manos.
_ Paula: pero Marcos yo no quiero que te vallas sin mi, tengo mucho miedo, dice y creo que está a punto de llorar.
_ Eh, voy a volver en cinco minutos pero Amelia esta ahí fuera sola y tengo que buscarla, le digo y ella asiente.
Salgo del autobús y el frío me golpea directamente en la cara, voy gritando el nombre de Amelia por el bosque pero no recibo respuesta, no se cuanto tiempo pasa cuando oigo un pequeño quejido y al girar a la derecha, esta  allí tirada en el suelo con el pie en un zepo.
_ Amelia, ¿qué ha pasado? y lo más importante ¿te encuentras bien?, le pregunto poniendole la manta encima de los hombros.
_ Amelia: si pero creo que he metido el pie en un zepo o algo parecido, dice y busco un palo con la mirada, lo meto entre el zepo y su pierna y la consigo sacar, cojo a Amelia en brazos hasta que vemos un coche de la policia.
Narra Kilye:
_ Es que no se van a ir nunca o que les pasa, digo nerviosa.
_ Vicky: y si ya están muertos como la jueza, dice y hace que me enfade bastante.
_ Ivan: no vuelvas ha decir eso, están bien, tienen que estarlo, le dice enfadado.
_ Carol: parece que no tienen pensado irse, dice preocupada.
_ Roque: y si alguno de nosotros hace una distracción, dice.
_ Lo siento pero yo no aguanto más, vamos por la puerta del bosque ya hemos esperado demasiado - digo empezando a bajar la escaleras pero, cuando termino de hacerlo la puerta se abre - Marcos, Paula, ¿estáis bien?, digo abrazandoles y noto que se me caen un par de lágrimas.
_ Marcos: si, estamos bien, tranquila ya ha pasado todo - dice sin dejar de abrazarme - tengo que contaros algo muy importante, dice poniendose serio.

El internado laguna negra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora