→ f i v e

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→ Sandy
Después de uno de los días más jodidamente aburridos del curso, ya que no había podido estar ni con Harry ni con Faith, sonó el último timbre, haciendo que casi llorara de felicidad. Nada más salir del instituto, marqué el número de Faith, para ver si podía ir a su casa.

— ¿Sí? – preguntó mi amiga, a los dos toques.
— ¡Hola, cosita! ¿Cómo estás? ¿Te encuentras mejor?
— Sí, me he tomado un paracetamol y se me ha pasado un poco el dolor.
— ¡Genial! ¿Puedo ir a verte?
— ¿A mi casa?
— Sí...
— Claro, como quieras.
— En seguida voy para ahí.
— Vale, ¡hasta ahora! – exclamó, antes de cortar la llamada. 

Empecé a caminar en dirección a casa de mi amiga, mientras buscaba el contacto de Harry para llamarle a él también, pero no respondió la llamada. Al cabo de un rato, volví a intentarlo y, casi cuando iba a saltarme el contestador, Harry descolgó la llamada.

— ¿Sí?
— ¡Hola, bubú! – saludé contenta.
— Hey, Sandy... ¿cómo va?
— Ha sido un día súper aburrido, amor... – dije con un puchero – Primero tú expulsado, y luego Faith se encontraba mal y ha tenido que irse a casa.
— ¿Qué le pasa a esa pequeña perra?
— Ya sabes, la regla... – expliqué – Oye, ahora voy a su casa a ver cómo está. ¿Quieres venir?
— Lo intento, a mi madre no le ha hecho mucha gracia esto de que me expulsen, aunque le parece bien que defienda a Faith... está confundida. Te digo algo.
— Vale, bubú. Te quiero.
— Sí, y yo a ti. Hasta ahora.

Colgué la llamada justo cuando llegué al porche de la preciosa casa de Faith. Me acerqué hasta la puerta y piqué al timbre hasta que ella me abrió. Le sonreí, dándole un beso en la mejilla, y me dejó entrar a su casa.

— He invitado a Harry, ¿no te importa, no?
— Siempre que no empecéis a besuquearos y montároslo en mi cama, no.
— Me parece bien – reí levemente –. ¿Te encuentras mejor?
— Sí, algo sí... – asintió, yendo hacia la cocina mientras yo la seguía – Sabes que esto es odioso.
— Sí, lo sé – afirmé, abriendo la nevera y robándole una manzana –. ¿Y qué has hecho?
— Solo estar en la cama hasta que me he encontrado mejor.

Harry: “Voy para allá”, recibí.
Sandy: “Vale, bubú. Nos vemos <3”

— Harry ahora viene – le expliqué a la castaña.
— Es tan idiota – negó con la cabeza –. Solo a él se le ocurre ponserse a pelearse en mitad del pasillo del instituto.
— Te estaba defendiendo de lo que decía Bradley, Faith... – defendí yo a mi chico.
— ¡Pero podría haberlo hecho fuera!
— Sí, eso sí... o de una manera menos violenta.
— Es Harry... es violento por naturaleza.
— La verdad es que no sé ni de qué me sorprendo – reí levemente, caminando hacia el cuarto de Faith.

Entramos en su habitación y ambas nos sentamos en la cama. Ella se estiró, aunque medio incorporada por las almohadas que tenía tras la espalda. Yo sonreí y me acerqué para apoyar mi cabeza en su barriga. Faith me abrazó mientras iba silbando alguna canción.

— Me gustaría poder vivir contigo – murmuré, haciendo un puchero.
— Practicamente vives conmigo, Sandy.
— Pero... no es lo mismo. 
— Ya lo sé... pero piensa que en cuanto hagas los dieciocho, podrás darle la patada en el culo a tu padre.
— Suerte que ya queda poco – sonreí. Faith era la única que sabía sobre la condición de mi relación con mi padre. Ni siquiera se lo había contado a Harry.
— Sí, son solo unos meses más. Y podrás venirte aquí conmigo.
— No sé si a tu madre le gustará eso.
— ¿Bromeas? Creo que mi madre te quiere más que a mí misma – rió levemente –. En serio, sabes que mis padres te adoran, Sandy. No les va a resultar un problema.
— Eso espero, porque no quiero vivir debajo de un puente.
— Si te tienes que ir a vivir debajo de un puente, me iré contigo. No voy a dejarte sola.
— Ay, eres la mejor amiga del mundo – murmuré, abrazándola con más fuerza.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora