→ Harry
Me miré al espejo, ajustando mi corbata roja. Me lamí mis labios, nerviosamente; esperaba estar suficientemente guapo para Faith. Me recogí el cabello en un moño, ya que ella iría perfectamente peinada, y mis rizos rebeldes no irían acorde con ella. Cuando me aseguré de que no había nada fuera de sitio: ninguna arruga en la camisa, ningún cabello fuera del moño, la bragueta del pantalón subida, y ningún botón desabrochado; fui al salón para despedirme de mamá.— ¡Dios mío, Harry! – exclamó, cubriendo su boca por un segundo; con sus ojos aguados – ¡Estás tan guapo!
— Eso no es ninguna sorpresa, mamá – reí, acercándome a ella. Entonces pasé un brazo por encima de sus hombros, medio abrazándola, antes de darle un beso en la frente.
— ¿Por qué no me dejas acompañarte? ¡Quiero verte con Faith! ¡Estaréis tan bonitos!
— Mamá no quiero que luego te tengas que venir caminando tú sola, es tarde, podría pasarte algo.
— Harry, por favor – dijo, negando con la cabeza.
— ¿Sabes qué...? Podemos ir con el coche de Faith – murmuré –. Está bien, acompáñame, y luego te vuelves tú con el coche.
— ¡Está bien! – exclamó sonriente – Vamos, cielo.
Mamá cogió las llaves del coche y yo tomé todo lo que necesitaría antes de salir junto a ella. Fue mi madre quién manejó hasta casa de Faith. Yo, sintiéndome idiota, estaba algo nervioso, y ni siquiera sabía el por qué. Solo era un estúpido baile. Iríamos, bailaríamos, beberíamos un poco, nos nombrarían rey y reina, y volveríamos a casa. Así que cuando bajé del coche y sentí mis manos algo sudorosas, quise golpearme a mí mismo por aquello. Caminé junto a mamá hasta la puerta y piqué al timbre. Poco después, Aria abrió.
— Hola Harry, cielo – sonrió, besando mi mejilla –. Qué guapo estás. Hola Anne, pasad, por favor.
— Aria, cuanto tiempo – la saludó mamá, dándole dos besos, mientras yo caminaba al interior, quedándome en el recibidor.
— Algo extraño todo esto... ¿no?
— La verdad... se veía venir, ¿no crees?
— Sí, puede ser – afirmó Aria.
Suspiré largamente y les sonreí a las dos, ya que me estaban mirando. Entonces, escuché unos tacones en lo alto de la escalera, por lo que mi mirada fue directa hacia allá. Faith estaba en lo alto, empezando a bajar los escalones, poco a poco. Yo, nada más verla, me quedé sin aliento. Esperaba encontrármela con aquel vestido corto y tan provocador que se había comprado cuando habíamos ido los tres a comprar nuestros trajes para el baile pero, en vez de aquello, llevaba un vestido largo hasta sus tobillos, haciendo que pareciera una princesa. Aquel vestido iba ajustado a su torso, con todo de encaje, y una falda de tul con una elegante caída. Su cabello estaba con perfectas ondulaciones y completamente suelto. Cuando llegó a la planta de abajo, sonreí y me acerqué a ella, tomando su mano para dar un beso en ella y extendiéndole el ramillete rojo que le había comprado.
— Gracias, amor.
— Estás preciosa, ángel – susurré, abrazando su cintura –. Dios mío, no puedo creerme que sea tan afortunado.
Faith rió levemente, enredando sus brazos alrededor de mí, para devolverme el abrazo. La balanceé suavemente de un lado al otro y acaricié su espalda, la cuál quedaba medio desnuda por el escote trasero de su vestido, así que pude sentir su cálida piel, haciéndome sonreír más. Después nos separamos, y puse el pequeño ramillete en su muñeca.
— ¡Estáis tan guapos! – exclamó mamá, de repente – ¡Dejad que os haga una foto!
— Mamá, por dios... – murmuré, avergonzado por su comportamiento.
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Unholy Trinity
Fanfiction❝Tres rostros angelicales ocultaban a tres horribles demonios.❞ Advertencia: esta historia tiene contenido sexual gráfico, mal vocabulario, y escenas que involucran alcohol y drogas. Léela bajo tu propia responsabilidad.