→ f i f t y e i g h t

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Faith
Tanto Sandy como yo escuchamos a Harry vomitando de nuevo. Llevaba quince minutos encerrado en el cuarto de baño, vomitando ya solo con el recuerdo de la escena de Sandy y yo teniendo sexo. La pelirroja y yo estábamos en la cama, sentadas, llevando solo ropa interior, mientras esperábamos que Harry saliera, ya que nos había amenazado con arrancarnos el pelo si nos íbamos. Cuando le escuchamos, nos miramos entre nosotras y negamos con la cabeza. De hecho, Harry no salió hasta diez minutos más tarde. No podía creerme que hubiera estado casi media hora vomitando solo por ver a dos chicas juntas.

Cuando salió, su cara estaba pálida, y sus ojos enrojecidos. Además, su ceño estaba tan fruncido que sus cejas casi se unían en una sola. Cerró el baño con un fuerte portazo, y se acercó a nosotras, quedando de pie frente a la cama. Cualquier chico habría matado, dado su alma al diablo, o pagado una cantidad indecente de dinero por tener a dos chicas, como Sandy y yo, en su cama; sin embargo, Harry había estado vomitando, y estaba más enfadado que nunca.

— ¿Qué coño estabais haciendo? – preguntó serio, mirándonos a ambas. Cuando yo fui a responderle una grosería, él me detuvo antes de hacerlo – No, no respondas a eso. Sé lo que estabais haciendo. La pregunta es por qué. ¿Por qué mierda estabais haciendo eso? – dijo, sufriendo una arcada al recordarlo – Que asco, dios mío. ¿Sois lesbianas?

— No – respondimos Sandy y yo al mismo tiempo.

— Oh venga, Sandy... – dije, frunciendo el ceño y negando con la cabeza – Ya te ha pillado, deja de mentir por un rato, ¿quieres? ¡Esto es una puta locura! – exclamé, ya enfadada. Ni siquiera cuando la habían pillado in fraganti Sandy era capaz de decir la verdad. Me puse de pie, mirando a Harry, y arqueé una ceja – ¡Sí, así es! ¡Tu adorada prometida es lesbiana! – mascullé.

— ¿Prometida? – preguntó Harry confuso – ¿Qué dices, Faith?

— No... – escuché susurrar a Sandy.

— ¿Qué? – aquella vez me giré hacia Sandy, que estaba con las mejillas sonrojadas, la mirada bajada, y medio cubriendo su rostro con las manos – Explícate ahora, si no quieres que te salte encima y te mate con mis propias manos, Sandy.

— ¡No, explícate tú! – exigió Harry, agarrando mi muñeca y haciendo que me girara hacia él.

— ¡Sandy me dijo que le habías pedido matrimonio, solo unas horas después de que tú me dieras tu anillo! ¿¡Sabes lo enfadada que estaba!? – mascullé – Dios, es que... pensaba que todo lo que me habías dicho... que todo era mentira... – sentí mis ojos aguándose – pero como siempre, creí a la persona equivocada... – entonces volví a dirigir mi mirada a Sandy – ¿no?

— L- lo siento... – tartamudeó – ¡Estaba haciendo lo correcto para nosotros! ¡Pensé que si estaba embarazada de Harry... que la manera de que él se centrara de una puta vez era que pensaras que estábamos comprometidos, y ya terminara lo nuestro!

— ¡No lo hiciste para terminar lo nuestro! – le grité – ¡Lo hiciste para terminar mi relación con Harry! ¡Lo sabías! ¿¡Lo sabías, verdad!? – dije, ya sin poder contener mis lágrimas.

Sandy se quedó mirándonos a ambos en silencio. Mientras yo lloraba y Harry simplemente estaba en shock, sin entender nada de lo que estaba pasando. Simplemente, todas y cada una de las mentiras de Sandy estaban saliendo a la luz, poco a poco. Ella tomó una larga respiración y bajó la cabeza, negando.

— No... es decir, lo intuía. Pero nunca os había visto juntos.

— ¿Estás siquiera embarazada? – dije con asco – Sandy, respóndeme. Y como vuelvas a mentirme, juro que te tiro por la borda del barco – la amenacé, tras no oír nada más que silencio.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora