→ Faith
- ¡Aparca ahí ya, Harry! - se quejó la pelirroja, señalando una de las miles de plazas de aparcamiento libres que había en el centro comercial.
- ¿Por qué esto está tan vacío? - pregunté extrañada.
- Ahí no, que le da el sol y cuando volvamos esto es una puta olla, Sandy - le respondió Harry -. Y está vacío porque hay fútbol, estará todo dios viendo el partido. Menos yo que soy un pringado y tengo que ir de compras con dos taradas.
- ¡Pero nos quieres más de lo que quieres ese deportucho de mierda! - sonrió Sandy.
- ¡Oye! - nos quejamos Harry y yo a la vez.
- Que a ti no te guste el fútbol no significa que sea una mierda.
- Es mejor el baloncesto y los dos os cerráis la boca. Punto.
Sandy sonrió y Harry, por fin, empezó a aparcar en una plaza, pero cuando terminó, dio un acelerón para quedar en la plaza de en frente. Sandy y yo le miramos, arqueando una ceja. No había decisión más difícil de tomar para Harry que cuál plaza usar si un parking estaba medio vacío.
- Es que así será más fácil salir - se excusó.
- Estás loco, Styles - negué con la cabeza, saliendo del vehículo.
- ¡De compras, yay! - exclamó Sandy, pasando sus brazos por encima de nuestros hombros, los de Harry y los míos - Con las dos personas que más quiero en el mundo entero - sonrió, antes de que las puertas del centro comercial se abrieran automáticamente para nosotros.
Los tres entramos en el climatizado centro comercial, donde la temperatura era algo fría, ya que el aire acondicionado estaba puesto a toda potencia. Bajamos por las escaleras mecánicas a la planta más baja, donde había una tienda de disfraces que ya conocíamos. De hecho, conocíamos casi todas las tiendas, ya que no vivíamos en una gran ciudad. Y todos nos conocíamos entre nosotros y conocíamos y conocíamos cada local, prácticamente. Cuando entramos en la tienda, saludamos al dependiente desde lejos y él sonrió, alzando la mano, dejando ver el teléfono que sujetaba, donde estaba viendo también el partido de fútbol del que habíamos hablado antes.
- Hey trío, ¿cómo va?
- Todo bien, ¿y tú, Sam? - preguntó Harry, acercándose a chocarle la mano.
- De fábula. Bloomer, he oído que ahora estás con Bradley, ¿es cierto?
- ¿Yo? - pregunté algo distraída, ya que no le estaba prestando demasiada atención. Pero cuando lo pensé por un momento, entendí la pregunta - Ah, sí. Estoy saliendo con él - asentí -, estamos bien. Es muy...
- Bradley. Es muy Bradley - respondió Sam -. No creo que haya otra palabra para definirle - rió -. ¿Venís a buscar disfraces para la fiesta de Katie?
- Sí - le respondió Harry, yendo a la zona de chicos -. ¿Ya ha venido alguien antes?
- Sí. Tranquilos, me aseguraré de que nadie lleve vuestros mismos disfraces.
- Más les vale - respondió Sandy con superioridad, empezando a escanear los trajes -. Vamos a ver qué nos probamos, amor... - me susurró, agarrándome la mano.
Sandy no se cortaba en demostraciones de afecto en público hacia mí -absteniéndose de besos-, ya que entre chicas, era algo que se veía normal. Incluso a veces me daba picos en público y la gente no le prestaba demasiada atención. Pero a mí me ponía nerviosa que alguien pudiera llegar a saber la verdad por lo indiscreta que era la pelirroja.
Los tres estuvimos mirando varios disfraces, cogiendo los que nos gustaban para poder probárnoslos luego. Cuando ya estábamos cargados, con más disfraces de los que realmente podíamos llevar, fuimos a dos diferentes probadores. Harry a uno y Sandy y yo a otro. Nada más entrar, Sandy se quitó la camiseta, sin ningún pudor. Yo la miré con las mejillas sonrojadas.
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Unholy Trinity
Fanfiction❝Tres rostros angelicales ocultaban a tres horribles demonios.❞ Advertencia: esta historia tiene contenido sexual gráfico, mal vocabulario, y escenas que involucran alcohol y drogas. Léela bajo tu propia responsabilidad.