→ f o r t y f i v e

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Faith
Dylan me abrió la puerta de una cafetería, dejando que yo entrara antes que él. Le agradecí el gesto con una sonrisa y me adentré en el local, abrazándome levemente los brazos ya que tenía algo de frío. Dylan me pidió que fuera a una mesa y que él se encargaría de pedir el desayuno, así que busqué entre las mesas libres y me fui a una. Sentí mi móvil sonando dentro de mi bolso, así que, mientras esperaba a Dylan, miré la pantalla, viendo que era Harry.

Harry: Vuelve a casa ahora mismo.

Faith: No voy a volver ahora, Harry.

Harry: Tenemos que hablar.

Faith: ¿No puedes esperar? Acabo de llegar a la cafetería con Dylan.

Harry: No, no puedo esperar. Es importante.

Faith: Vale, ahora voy...

Guardé el móvil y me acomodé en el asiento, sin pretender hacerle ningún caso a Harry y vi a Dylan acercándose con una bandeja con nuestro desayuno. Le sonreí levemente y aparté mi bolso un poco, para no volver a oír mi teléfono si Harry insistía con más mensajes. Dylan se sentó frente a mí y dejó la bandeja en medio, alcanzándome el café que le había pedido, junto al yogur natural con frutas que tomaría.

- Llevaba mucho tiempo queriendo invitarte a salir... - confesó Dylan, sonriendo tímidamente - No quería arruinar mi amistad con Harry... pero es que eres tan bonita... - susurró, agarrando mi mano sobre la mesa.

Yo sonreí y, cuando fui a contestarle, escuché mi tono de llamada. Bufé, disculpándome con Dylan, y busqué de nuevo mi móvil en el bolso, viendo que era Harry el que llamaba. Puse los ojos en blanco y colgué la llamada para luego apagar el móvil, no quería tener que aguantarle.

- ¿Pasa algo, Faith?

- No, no importa... - sonreí - Iba a decirte que me alegro de que me hayas invitado a salir.

- No más que de lo que yo me alegro que hayas aceptado - bromeó, dando un trago a su café. Entonces empezó a sonar su móvil -. Oh, lo siento, un momento... - miró la pantalla y arqueó una ceja - Es Harry.

- No lo cojas... - le pedí - está muy pesado.

- Quizás es algo importante, Faith... - murmuró, antes de descolgar la llamada y acercarse al teléfono. Incluso desde donde estaba sentada, pude escuchar como Harry le bramaba que yo me pusiera al teléfono, así que Dylan me pasó su móvil.

- ¿¡Qué quieres, Harry!? - bufé enfadada - Déjame en paz.

- Faith, te he dicho que vengas a casa ahora mismo.

- ¡No voy a ir a casa! - dije, tan bajo como pude para no llamar la atención de la demás gente en la cafetería - ¡Si quieres hablar conmigo, te esperas a que llegue! - sentencié, antes de colgar la llamada - Perdón, a veces es muy pesado... - murmuré, devolviéndole el teléfono a Dylan.

- ¿Estás segura de que no quieres que te lleve a tu casa? Creo que era algo importante.

- Conociendo a Harry, seguro que solo es alguna de sus tonterías, no te preocupes por eso.

Dylan me asintió, aún no muy seguro de si creerme o no, y empezamos a desayunar. Yo solo me tomé mi café, dando un par de cucharadas al yogur, ya que realmente no me sentía con ganas de comer. Durante todo el rato, Dylan habló más que yo, mientras que yo me dediqué a sonreírle y a asentir a todo lo que decía, dándole la razón y riéndole las gracias. Un rato después, sugirió volver a casa, ya que tendríamos que empezar a preparar todo para el viaje de final de curso, ya que solo faltaban dos días.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora