Unholy Trinity

→ f o r t y n i n e

→ Faith
Sandy enredó sus brazos alrededor de mi cintura antes de saltar hacia el agua, obligándome a ir con ella. Por lo que cerré los ojos antes de sumergirme en el agua salada de la piscina. Estaba refrescante, quizás incluso demasiado, ya que mi piel se erizó levemente, pero no me importaba. Cuando saqué la cabeza de debajo del agua, y pestañeé varias veces para que el agua alrededor de mis ojos se fuera, vi como tanto Harry como sus amigos estaban con las miradas puestas sobre nosotras, mirándonos como si formáramos un espectáculo, excepto Harry que tenía cara de asco. Seguramente sus amigos habrían dicho algo sobre Sandy y yo estando juntas y a él le repelía la idea. Sin embargo a Sandy parecía divertirle el hecho de que solo cogernos de la mano excitara tanto a los chicos, así que se acercó cariñosamente a mí y acarició mi mejilla.

— Sandy, basta con el numerito... – negué con la cabeza.

— Oh vamos, es divertido... – murmuró, dando un beso en la punta de mi nariz – ¿Sabes lo que darían cualquiera de ellos por estar con nosotras ahora mismo?

— Todos menos Harry, a quién le da mucho asco y con quién tú te has comprometido – dije, agarrando su mano y señalando su anillo –. ¿Recuerdas? Así que mejor para esto. Tú misma dijiste que teníamos que terminar.

— Está bien, está bien... – murmuró, apartándose – ¿Tienes frío?

— Sí, un poco... ¿cómo lo sabes?

— Tienes la piel erizada y los labios algo morados, mejor sal del agua.

Asentí levemente con la cabeza y empecé a caminar hacia la escalera, viendo si ella venía detrás de mí, pero no la vi con esa intención, así que simplemente salí del agua y me dirigí de nuevo hacia los chicos. Nada más llegar, alguien me envolvió en una toalla y, en cuestión de segundos, me vi sentada sobre las piernas de Tyler mientras éste me abrazaba, manteniéndome envuelta en la toalla que él me había puesto.

— Gracias – sonreí –, estaba muerta de frío.

— Ya se te veía – rió levemente, moviendo sus manos sobre mis brazos para darme algo de calor –. ¿Mejor así?

— Sí, gracias – repetí.

— ¿Tú no estabas con Dylan? – escupió Harry con asco.

— Yo no estoy con nadie. Estoy soltera y puedo hacer lo que quiera – sonreí, viendo sus celos. Que se jodiera.

— ¿Es eso una declaración de intenciones, Bloomer? – bromeó Tyler a mi oído, a lo que yo reí levemente.

— No descarto nada – dije en tono coqueto.

— Ven aquí, ahora te toca ponerme crema tú a mí – gruñó Harry, agarrando mi muñeca con fuerza y obligándome a levantarme de golpe, haciendo que la toalla cayera al suelo y que mi culo, solo cubierto por la braga del bikini, quedara frente a Tyler.

— Bendito sea este culo – murmuró antes de darme un beso en uno de los cachetes –. Bendita seas tú, Faith. Qué jodidamente guapa eres.

— ¡Cállate! – bramó Harry, levantándose de la toalla y empezando a caminar hacia no sé qué dirección, llevándome con él ya que todavía no había soltado mi muñeca.

— ¡Hey! ¡Harry! ¿Qué haces? ¿A dónde vas?

— ¡No lo sé! – gruñó, abriendo una puerta y entrando al hall del barco – ¡Para de hacer eso!

— ¿Hacer qué? – reí – Harry, hemos terminado – solté, duramente. Me daba igual si le dolía. De hecho, quería que le doliese, para que sintiera lo mismo que había sentido yo al ver el anillo de Sandy –. No hay nada entre nosotros, y no va a volver a haberlo nunca, ¿entiendes? Tú vas a estar con Sandy y yo voy a estar con tantos chicos como me de la gana. Y si me quiero acostar con Tyler, lo haré. Y si quiero hacerlo luego con Dylan, también lo haré. Porque no eres absolutamente nadie para impedírmelo.