Unholy Trinity

→ f i f t y s i x

→ Faith
Me senté sobre una de las sillas que había en el restaurante de cubierta. Como todavía estábamos atracados en puerto, mi móvil tenía cobertura. Ashton se había ofrecido a ir a por algo de comida para desayunar, mientras que Luke estaba sentado a mi lado, mirándome, esperando que marcara el número de Michael.

— Venga, Faith.

— No sé si estoy lista... Dios, va a estar tan enfadado... – lloriqueé.

— Hazlo.

— ¿Cómo se ha enterado? ¿Se lo habéis dicho vosotros?

— No, lo ha leído en el blog de lady in red.

— Hija de puta, esa maldita zorra. Juro que en cuanto descubra quién es le arrancaré los pelos uno a uno – mascullé, buscando el número de Michael en la agenda.

— Tampoco es para tanto... yo creo que al menos toda la mierda de la gente hipócrita está saliendo a la luz.

— Uno de tus mejores amigos no te habla por culpa de esa estúpida – dije, sorprendida de que le defendiera.

— Porque yo lo he hecho mal.

— Como sea...

Conseguí armarme de valor y le di al botón de llamada cuando encontré el contacto de Michael. Me llevé el teléfono a la oreja, pero Luke me dijo que pusiera el altavoz, así que lo activé. Sonaron tres tonos de llamada hasta que finalmente atendió la llamada. Al descolgar, Michael no dijo nada. Ambos nos quedamos en silencio casi por un minuto, hasta que mediante gestos, Luke me animó a hablar.

— Michael... – susurré, con un nudo en la garganta.

— ¿Llamas para decir que lo sientes? ¿O para regodearte?

— L-lo siento...

— Ahá, ahora a mí me toca pretender que todo está bien y que te perdono, ¿no? Está bien, te perdono Faith, ten buen viaje – dijo, con sus palabras cargadas de ironía.

— No, Mike...

— No quiero que me expliques nada, Faith. Entendí que no volvieras conmigo, incluso pude entender que quisieras estar con otros chicos... ¿Pero con mis mejores amigos? Eso sí que no puedo entendero – escupió, hablando con tanta decepción que me estaba doliendo cada sílaba que pronunciaba.

— No lo entiendes, Michael... Déjame hablar, por favor... – rogué.

— ¿Para qué? ¿Para que me pongas una excusa tonta? No quiero excusas, Faith. No me esperaba que hicieras algo así. Ni tú ni a los que solía llamar amigos. No esperaba esto de vosotros.

— Michael, yo estaba sola, solo les tenía a ellos. Habíamos bebido mucho, y habíamos tomado algunas pastillas... no éramos conscientes de lo que estábamos haciendo. Todos estamos realmente arrepentidos de lo que pasó, si hubiéramos estado en plena consciencia, jamás habría pasado.

— Sin embargo, ha pasado.

— Mike...

— Ni Mike ni mierda, Faith. ¿Sabes lo traicionado que me siento ahora mismo? Encima, para colmo, todo el puto instituto lo sabe. ¡Todos lo saben! Y yo aquí como un estúpido, sin dejar de pensar en ti...

— Michael... – susurré, con ganas de llorar.

Entonces, sintiendo la intensa mirada de Luke sobre mí, con la presión de arreglarlo todo, exploté y finalmente rompí a llorar. Me levanté de la mesa, quitando el altavoz, y me fui a una zona más vacía para poder hablar tranquilamente con Michael, no era algo que tenía que hablar delante de nadie.