→ f i f t y f o u r

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Faith
Estaba desesperada, no sabía exactamente cuánto rato llevaba encerrada sola en aquel camarote, pero sí podía ver cómo el sol ya estaba empezando a descender, por lo que calculaba que debían ser las siete de la tarde. Había estado todo el día allí. Así que cuando escuché como la puerta se desbloqueaba, me puse de pie de inmediato y corrí a esconderme tras la puerta, ya había planeado cómo podía escapar, si es que no me caía después de haberme pasado el día llorando, sin comer ni beber nada.

— ¡Faith, cielo! ¡He traído cena para las d-...! – exclamó Miranda, entrando en la habitación, pero se calló al ver el cuarto vacío, entonces, yo salí de detrás de la puerta, empujándola hasta caer al suelo, y me puse a correr.

Me enfilé por el pasillo, yendo tan rápido como mis piernas me permitían. Cuando llegué al ascensor, ya veía mi alivio cercano, pero cuando me metí en éste y fui hacia las piscinas, que suponía que era donde más gente iba a haber, y donde más segura me sentiría. Pero mi sorpresa fue cuando vi a varios de seguridad hablando con Sandy y Harry que, al verme, chillaron mi nombre y corrieron hacia mí, abrazándome con fuerza.

— ¿¡Dónde estabas, Faith!? ¡Llevamos todo el día buscándote! – masculló Harry.

— ¿¡Sabes el susto que nos has dado!? ¡Ya estábamos hablando con los de seguridad para que te buscaran en todos lados! – Sandy apartó a Harry para poder abrazarme ella sola, con fuerza – No vuelvas a hacer algo así... – rogó en voz baja – casi me da algo.

— Y-ya estoy bien... – murmuré – ¿podemos ir a algún sitio, nosotros solos? – rogué, había tanta gente a nuestro alrededor que me sentía realmente incómoda.

— Sí, claro. Dame un momento.

Harry se fue a hablar con los de seguridad, supuse que a decirles que ya no hacía falta que me buscaran, y luego vino junto a Sandy y a mí. La pelirroja agarró mi mano, sujetándola con firmeza, y caminamos hacia empinada escalera blanca que llevaba a la cubierta más superior del barco, a la que solo podía accederse de ese modo. Como el día que había ido allí con Harry, el aire estaba azotando con fuerza. Aquella vez, en vez de ver amanecer, podíamos ver atardecer, con el cielo pintado en tonos rosas y naranjas, tranquilo. Al  contrario que el agitado mar que se movía violentamente por el barco y por el fuerte viento.

— ¿Qué ha pasado, Faith? ¿Dónde estabas?

— Una loca me ha encerrado en su camarote, me ha tenido allí todo el día... desde esta mañana – pronuncié, ya sin fuerzas ni siquiera para llorar.

— ¿Qué? – preguntó Sandy, sin entender nada.

— Sí... cuando esta mañana nos hemos peleado, he ido hacia el ascensor y luego me he chocado con una chica en el pasillo... Parecía ser maja, y yo estaba súper nerviosa. Me ha dicho que fuera con ella y me escondería porque no quería hablar con vosotros, ni encontrarme con Luke y Ashton, ni nada... y bueno, me ha llevado a su camarote. Cuando le he dicho que quería venir a hablar con vosotros, me ha dicho que no iba a dejarme hacerlo, y se ha ido, dejándome encerrada dentro.

— ¿Quién ha sido esa pirada? Vamos a decírselo a los profesores y que la lleven de vuelta a casa en cuanto lleguemos a Cuba – exclamó Sandy, horrorizada.

— Me ha dicho que se llama Miranda.

— Hablaremos con los profesores luego, ¿vale? – dijo la pelirroja, ya algo más calmada, y abrazándome de nuevo – ¿Ya estás bien?

— Sí, creo que sí... – afirmé – Siento lo que te he dicho esta mañana, Sandy... estoy tan harta de todo, que no sé ni qué hacer.

— No te preocupes... – sonrió, acariciando mi mano – Todo el mundo tiene peleas, lo importante es arreglarlo – yo solo asentí levemente con la cabeza, sin terminar de creerme aquello. Si bien toda la culpa no era de Sandy, tampoco la eximía de su parte. Sin embargo, no quería más líos, no quería más comederos de cabeza. Solo quería estar con Sandy y Harry como lo estaba al principio, era lo más fácil.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora