Unholy Trinity

→ e i g h t e e n

→ Faith
Empecé a leer de nuevo cómo resolver una derivada, aunque sabía que, por más que lo leyera, no conseguiría entenderlo. Suspiré pesadamente, girándome hacia Harry para pedirle que lo explicara de otra manera. Pero nada más girarme, él me plantó un beso. Juntó sus labios con los míos, besándome con desesperación. Abrí mucho los ojos y me aparté de golpe, arqueando una ceja.

- ¿Qué haces, Harry?

- Ven aquí - gruñó.

Agarró mi muñeca, obligándome a levantarme de la silla y me empujó sobre la cama. Volví a abrir los ojos, en forma de sorpresa. ¿Qué se creía que estaba haciendo? Harry se colocó sobre mi cintura y agarró mi camiseta, haciendo el intento de quitármela. Pero le detuve antes de dejarle hacerlo. Él frunció el ceño y forcejeó conmigo, pero no le dejé hacerlo.

- Faith, déjame quitártela.

- No, ¿qué estás haciendo?

- Creo que está claro, ¿no? - murmuró, rozándome con su erección.

- ¿Que quieres sexo? ¿Conmigo? - exclamé - Ni de broma.

- Faith... - gruñó nuevamente, haciendo con mi camiseta fuerza hacia los lados para conseguir que ésta se partiera. Finalmente, la tela cedió y mi camiseta se rajó en dos, dejándome solo con el sujetador - Dios, cómo echaba de menos a tus tetas...

- Harry, déjame - bufé, agarrando sus muñecas antes de darle tiempo a ponerlas sobre mis pechos -. No vas a tocarme. Ni se te ocurra hacerlo después de lo que me dijiste - sentencié, aún dolida por sus palabras meses atrás.

- Cállate - susurró, acercándose a mis labios de nuevo -. ¿Te estás follando a Michael?

- Acabo de empezar con él... - susurré, mirando hacia otro lado.

- Eso es que no. ¿Por qué? Porque el que te pongo soy yo.

- Por tu queridísima novia, me he tirado a tíos que no me ponían nada, así que podría hacerlo aunque solo tú me pusieras, Harry. Pero ni siquiera es así. Michael me gusta más de lo que me llegaste a gustar tú - mentí.

- No puedes engañarme, Faith. Ni siquiera podrías intentarlo. Sé la cara que pones cuando mientes, y ahora estás poniéndola.

- Harry... - negué con la cabeza.

- Está bien - aceptó, soltándome y alejándose un poco de mis labios, quedando igualmente sentado sobre mí -. Dímelo. Dime que no quieres que te bese, dime que no quieres hacerlo conmigo... solo dímelo - se encogió de hombros, seguro de sí mismo. Yo bajé la mirada, sabiendo que, aunque se lo dijera, él sabría que mentía -. Venga, Faith. ¿No dices que Michael te gusta más de lo que yo te gustaba?

- Harry, no quiero... - murmuré, negando con la cabeza - No quiero engañar a Michael - ahí no mentía.

- Me da igual ese friki - bufó -. Nena, lo que tú y yo tenemos, no lo tendrás en tu vida con nadie más que conmigo. Lo sabes de sobra. Así que vamos a aprovecharlo para echar los mejores polvos de nuestra vida antes de que estemos casados... yo con Sandy y tú con... con quien encuentres, si es que encuentras a alguien.

Solo por esas palabras, le empujé con fuerza, sacándole de encima de mí. Me levanté de la cama, enfadada, y yendo hacia mi armario para buscar otra camiseta. Él no quitaba su mirada de encima de mí.

- Quiero que te vayas - dije, seria.

- ¿Qué? Pero, Faith...

- Quiero que te vayas, ahora - repetí.

- No, Faith no...

- Sí tanto asco doy como para no ser capaz de encontrar a nadie que me vaya a querer, no sé qué estás haciendo aquí. Si lo único para lo que sirvo es para follar, consigues el mismo resultado haciéndote tú mismo una paja. Incluso puedes comprar una muñeca hinchable. O sino podrías hacerlo con tu queridísima novia, ¿no? - gruñí, enfadada, a punto de delatar la sexualidad de Sandy - ¿Qué pasa? ¿Es que no puedes hacerlo con ella? Vale que tiene menos tetas que yo, pero ahí abajo tiene lo mismo, también le entra tu pene, así que lo mismo que haces conmigo, puedes hacerlo con ella, ¿o no puedes? Ah, puede que ella te rechace, ¿no Harry? Puede que ella no te quiera tanto como tú crees que lo hace.