→ t w e n t y e i g h t

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→ Michael
Aparqué mi coche a unos metros de la casa de Faith. Lo suficiente lejos para pasar desapercibido, pero lo suficiente cerca para poder ver a Faith y Bradley cuando salieran. Apagué las luces para que no se fijaran en el coche, y me quedé ahí dentro por unos veinte minutos hasta que vi el deportivo de Bradley estacionando justo en la puerta de casa de Faith. Llevaba una música estridente a todo volumen, que dejó todo en silencio cuando apagó el coche para bajarse a picar a Faith. Fue hacia la puerta y llamó al timbre. Poco después Faith abrió. Él se acercó a darle un beso, pero ella se echó hacia atrás, evitándole, por lo que sonreí. Los dos caminaron, con algo de distancia entre ellos, hacia el coche de Brad, y se subieron en él, volviendo a llenar el barrio con la fuerte música. Cuando avanzaron unos metros, arranqué el motor y empecé a seguirles, manteniendo la distancia. Algo después, Bradley aparcó en el estacionamiento del centro comercial, el único de la ciudad, y muy concurrido por gente de nuestra edad. Probablemente solo quería presumir de chica. Aparqué yo también, y esperé tras un coche a que pasaran por delante de mí. Nada más cruzar las puertas automáticas del centro comercial, Bradley agarró la mano de Faith. Entonces, para que nadie me viera, me metí en una tienda de videojuegos, haciendo que examinaba las carátulas de éstos cuando lo que realmente hacía era mantener vigilados a Bradley y Faith a través de la cristalera de la tienda. Vi como entraban a un local de comida rápida, el "Big mama's", estaba de moda entre la gente del instituto y probablemente estaría lleno de gente de ahí. Salí de la tienda de videojuegos y me acerqué al restaurante, viendo como Faith se quedaba sentada en una de las mesas, mientras Bradley iba a hacer el pedido. Las mesas eran rectangulares, y estaban en fila una detrás de las otras. Los asientos eran bancos negros acolchados, unidos con los de la mesa anterior, pero con respaldos altos para mantener la privacidad. Así que aproveché el momento en que Bradley estaba de espaldas a la puerta haciendo el pedido y Faith miraba su móvil, para entrar en el restaurante y ponerme en el banco justo detrás de Faith, me hundí un poco en el asiento para que el respaldo me cubriera por completo, y recé por que nadie me pillara espiándolos, comiendo unas patatas que los que habían estado sentados antes, se habían dejado. Unas patatas fritas no merecían ser desperdiciadas.

— Ten, tu ensalada – dijo Bradley al llegar a la mesa –. Comes como una cabra.

— Intento comer sano, idiota.

— Como sea... – dijo él, cortante. Se notaba el amor que había entre ellos (ironía) – Al próximo partido no vayas con mi camiseta, te daré la que lleve cuando acabe.

— ¿Qué? ¿Una camiseta toda sudada? Que asco, ni de broma, Bradley. Puedo llevar la otra que me diste.

— No, porque quiero que vayas algo más... sexy. Parecías una monja.

— Iba con tejanos y tu camiseta, no sé dónde está el problema.

— En que te faltaban tacones, escote, y pierna al aire.

— Sí, vamos, ya me haces fingir que he vuelto contigo como para que encima me digas qué tengo que llevar.

— O al próximo vestido llevas un corto y sexy vestido azul, del color del equipo; o todo el mundo se enterará de vuestro pequeño secretito, ¿estamos? – la amenazó. Sabía que había algo detrás de esa relación.

Bradley se levantó para ir al baño, por lo que dejó sola a Faith. Me debatí un momento entre hablarle o no, pero decidí que era muy arriesgado en aquel momento, así que la llamaría para que fuera a mi casa al día siguiente, y lo hablaría tranquilamente con ella, necesitaba que me explicara qué estaba pasando antes de decidir si debía explicárselo a Harry, o no.

→ Faith
Cuando Bradley me dejó en casa, escuché como me llegaba un mensaje, así que en el camino a mi habitación, saqué el móvil y vi que el mensaje era de Michael, por lo que rápidamente desbloqueé la pantalla y abrí la conversación.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora