Unholy Trinity

→ t h i r t y

→ Sandy
Estaba estirada sobre la cama de Faith, que era más grande que la mía, mientras tarareaba la canción que sonaba en su portátil mientras ella estaba mirando ropa en su armario, decidiendo qué ponerse. Giré levemente hacia ella, mirándole el culo ya que estaba en ropa interior. Si es que no podía estar más buena.

— ¡Qué culo! – reí, dándole una palmada en la nalga.

— ¡Sandy, por dios! – se quejó, frunciendo el ceño y dándose la vuelta.

— ¡Es que vas provocando! – señalé su conjunto de encaje – No puedes hacerme esto, tengo poco aguante.

— Deja que me vista, por favor... Que Brad quiere que vaya "sexy" al partido – murmuró. Era viernes, eso significaba que había otro partido donde Bradley jugaba.

— ¿Te importa que no vaya? – dije, haciendo una mueca – Es que tengo algo que hacer, pero Harry te acompañará.

— No claro... no me importa. Por cierto... – Faith se puso una camiseta ancha y se sentó a mi lado – ¿Sabes qué le pasa a Harry? Ha estado algo distante conmigo esta semana.

— No... ni idea. No me ha dicho nada. Ya sabes que es un poco bipolar – dije, haciendo una mueca y riendo para disimular. Sabía muy bien lo que le pasaba a Harry, que yo le estaba comiendo la cabeza para hacerle creer que la razón de que Faith y Michael estuvieran juntos, era por su culpa.

— Bueno... – se puso de pie y sacó un vestido del armario – ¿Qué te parece éste? – me mostró un vestido todo azul – ¿Te gusta?

— Me encanta... – sonreí – seguro que estás muy sexy – dije en tono de broma, guiñándole el ojo.

Ella negó con la cabeza y se puso el vestido. Éste estaba ajustado a su pecho, era sin mangas y con un escote corazón que le realzaba las tetas de forma notable. Tenía una pequeña cremallera entre los pechos y estaba todo ajustado hasta la altura de debajo del pecho, luego caía con vuelo hasta la mitad de su muslo.

— Pero que guapa eres – dije, mandándole un beso.

— Mira que tengo pocas ganas de ponerme tacones... – bufó, poniéndose unos zapatos con tanto tacón que podría llegar casi a ser tan alta como yo.

— ¿No vas a tener frío?

— Me pondré una chaqueta... – dijo, agarrando una cazadora tejana de chico.

— Te pones mucho esa chaqueta, ¿es de Bradley?

— No, es de Michael – dijo, dejándola sobre la cama antes de irse hacia el baño.

— ¿Y a Bradley no le importa que vayas con la chaqueta de otro chico?

— No sabe que es de otro chico – respondió ella, supuse que maquillándose.

— Cuando se entere, se cabreará.

— No tiene por qué enterarse... – dijo, saliendo del baño ya arreglada, llevaba el pelo suelto y con ondulaciones en las puntas, y maquillaje ligero, pero haciéndola ver todavía más sexy.

— ¿Aún es pronto, no? – pregunté, poniéndome de pie.

— Uhm, sí... supongo. ¿Por qué?

— Ven aquí... 

Caminé hacia ella y abracé su cintura para intentar besarla, pero ella arqueó la espalda hacia atrás, evitando mi boca. Fruncí el ceño e intenté agarrar su mentón, intentando besarla de nuevo, pero no lo conseguí.

— ¿Qué te pasa?

— Que no quiero besarte, Sandy – dijo, empujándome desde los hombros –. Tú estás con Harry y yo con Michael, y esta es la única manera de ser felices, ¿está bien, Sandy? Quiero que te dejes de líos de una maldita vez.