→ f o r t y e i g h t

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Faith
Dylan se acercó a mí, tomando mi maleta y subiéndola él mismo al autocar que había venido hasta la puerta del instituto para llevarnos hasta el puerto, que quedaba lejos ya que estaba en otra ciudad. Todos íbamos muy dormidos, eran todavía las cinco y media de la mañana, pero debíamos salir tan temprano para poder llegar a tiempo al crucero. Le agradecí al chico, con media sonrisa. Luego, él pasó su brazo alrededor de mi cintura y me llevó hacia la puerta trasera del autocar. Éramos los primeros que nos subíamos, así que tomamos los últimos asientos, donde había cinco juntos. Él se puso junto a la ventana y yo a su lado. Solo unos segundos después, Sandy también subió, arrastrando una almohada, con los ojos medio cerrados.

— Odio madrugar, odio tener sueño, odio el mundo – gruñó, poniéndose junto a la otra ventana.

— Ponte a dormir, tenemos dos horas hasta llegar al puerto – murmuré, subiendo las piernas al asiento y abrazándolas porque tenía algo de frío.

— Eso pretendo hacer...

Sandy apoyó la almohada contra la ventana y luego apoyó su cabeza en ésta, cerrando los ojos. Yo sentí como Dylan ponía su chaqueta sobre mis hombros, por lo que me giré a sonreírle. Entonces Harry entró, hablando con Tyler. Ambos nos miraron a Dylan y a mí no con muy buena cara, pero me daba igual. Ya me daba igual todo.

— Dylan, pensé que te ibas a sentar conmigo – dijo Tyler, acercándose.

— En ningún momento dije que fuera a hacerlo... – Dylan se encogió de brazos y sonrió – Puedes sentarte aquí, cabemos todos.

— No – interrumpió Harry, sentándose junto a Sandy, dejando un asiento vacío entre él y yo –. Necesito este asiento para mi mochila... – Harry sonrió cínicamente e hizo un gesto hacia Tyler para que se alejara.

Yo simplemente puse los ojos en blanco, sin molestarme en discutir con Harry. Ni hablarle, quería. Estaba tan enfadada con él, y a cada momento la rabia aumentaba más y más al pensar todo lo que me había dicho, como me había prometido que era la única para él, y luego había tenido la cara y el valor de comprometerse con Sandy. ¡Y encima tan pronto! Es decir... llevaban seis años juntos, pero aún así, solo tenían dieciocho años. ¿Matrimonio? No me entraba en la cabeza.

Me giré levemente para mirar a Harry, viendo como la vena de su cuello estaba muy marcada, siempre que estaba enfadado y se contenía, lo estaba. Probablemente querría decirme algo por estar con Dylan, pero me daba igual. Él no era nadie para replicarme nada. Y Dylan y yo no estábamos comprometidos, ni siquiera éramos novios. Ni un beso de verdad nos habíamos dado.

Poco a poco el autocar fue llenándose, casi en silencio, ya que todos seguían adormecidos. Y cuando el vehículo arrancó, no se oía ni una mosca, ya que la mayoría se pusieron a dormir. Yo apoyé mi cabeza en el brazo de Dylan y cerré los ojos, intentando hacer lo mismo, sin conseguirlo, así que cogí mi móvil y entré en twitter, tumblr, instagram, etc... para ir pasando el tiempo, hasta que vi como el autocar se desviaba hacia un área de servicio. El vehículo se detuvo y las puertas se abrieron, sin embargo solo un par de personas bajaron, seguramente para ir al baño; ya que los demás seguían durmiendo. Yo me puse de pie, cargando mi bolso para ir a comprar algo de comer. Dylan me miró, y le dije que solo iba a la tienda, a lo que él asintió.

Me bajé del autocar y fui hasta la tienda que había en la gasolinera, empezando a mirar lo que había allí, intentando escoger algo. De pronto sentí una mano alrededor de mi muñeca, que me giró con fuerza. Obviamente era Harry. Me arrastró hacia la esquina más apartada de la tienda y se cruzó de brazos.

— Tenemos que hablar – dijo serio.

— No, no hace falta, Harry... – murmuré, intentando mantenerme tranquila – Está bien, ¿sí? Creo que... – negué con la cabeza – Ni siquiera te quiero de ese modo. Simplemente era... la diversión, o el morbo de poder ser pillados, ¿no crees? Está bien, tú quieres a Sandy. De verdad, no me importa. Simplemente vete con ella... yo estaré bien – sonreí –. No me faltan candidatos.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora