→ f i f t y t h r e e

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Faith
Abrí mis ojos muy lentamente para poder soportar el dolor de resaca que se había apoderado de mi cuerpo. En especial de mi cabeza. Sentí mi cuerpo desnudo, y cubierto únicamente por alguna sábana. Recé por no haber sido tan idiota y haberme vuelto a acostar con Harry después de lo que había hecho. Pero al terminar de abrir los ojos, y ver a Ashton estirado, con su cabeza en mi abdomen, y Luke con las piernas en el suelo y el cuerpo apoyado en el colchón a mi lado... confirmé que solo había sido tan idiota como para haber hecho un trío con dos de los mejores amigos de mi ex, el cual seguía enamorado de mí.

— Mierda, mierda, mierda... – susurré muy bajito, para no despertarles.

Me incorporé muy poco a poco, apartando a Ashton de encima de mí con mucho cuidado. Agarré firmemente la sábana, para mantenerla alrededor de mi cuerpo, y fui con cuidado hacia el cuarto de baño, agarrando por el camino las piezas de ropa que estaban desperdigadas por el suelo. Una vez en el cuarto de baño, me vestí lo más rápido que pude, y recogí mi enmarañado cabello en un moño, para no verme tan mal. También lavé mi cara con agua fría, quitando restos de maquillaje, y refrescándome. Luego, salí sigilosamente, tomé mi bolso, y salí del camarote, procurando no hacer ruido con la puerta.

— ¿Cómo mierda ha pasado esto? – susurré para mí misma – Faith, basta... eres estúpida.

Empecé a caminar poco a poco hacia el ascensor, intentando mantener la compostura y pensando en qué debía hacer. ¿Debería llamar a Michael y contarle lo que había pasado? ¿Debía ir a ver a Harry sabiendo cómo había terminado la noche? Todas las opciones desaparecieron de mi mente cuando las puertas del ascensor se abrieron en la planta número 7 y Sandy apareció junto a la rubia con la que se había ido la noche anterior. Iban riendo y diciéndose cosas, hasta que la pelirroja me vio, que se quedó callada de golpe.

— Buenos días. ¿Tienes resaca? Te ves horrible.

— Aún así, me veo mejor que tú en tu mejor día, zorra – escupí con asco, escabulléndome antes de que las puertas del ascensor se cerraran.

Dejé a Sandy y la rubia en el ascensor, y opté por tomar las escaleras. Fui hacia ellas y subí hasta la planta 10, donde estaba el buffet. Necesitaba desayunar algo antes de poder decidir qué rumbo le daba a mi vida. Al llegar al buffet de desayuno, lo primero que hice fue servirme un café muy cargado. Luego me serví un plato con unos gofres con fruta. En vez de quedarme en el salón del comedor, como no quería miradas chismosas sobre mí, salí a la cubierta trasera, donde había algunas mesas más. Me senté en la más alejada, frente al mar para no tener que verle la cara a nadie, y empecé a tomar el desayuno que me había servido.

Saqué mi móvil del bolso y lo conecté a una batería portátil ya que estaba al 1%, y miré si había vuelto a recibir algún mensaje de la estúpida de "lady in red", lo cuál no habría sido raro, ya que la noche anterior habían pasado muchas cosas. Sin embargo... ni un solo mensaje. Quizás ella también estaba con resaca.

— ¿Cómo que zorra? – gruñó Sandy, apareciendo de repente, sentándose en la silla frente a mí.

— No tengo ganas ni fuerzas para discutir contigo, Sandy. Déjame en paz, ¿sí? – murmuré, sacando mis gafas de sol del bolso, y colocándomelas.

— Me da igual. ¿Cómo te atreves a llamarme zorra?

— ¿Cómo te atreves a decirme que me veo horrible? ¿Cómo te has atrevido todos estos años a repetírmelo, sabiendo los problemas de autoestima que tengo?

— Yo solo he hecho y dicho lo que creía que era mejor para ti.

— ¿Mejor para mí? – pregunté, riendo amargamente – Y una mierda. Tú solo te interesas por ti misma. Espero que Harry y tú seáis muy felices con vuestro adorado bebé en vuestra perfecta familia... porque yo ya no quiero saber absolutamente nada de ninguno de vosotros dos. Me dais asco. Siempre has estado diciéndome que era única para ti, y sin embargo ya te he visto liándote con dos tías... y eso que yo haya visto, a saber cuántas han sido en realidad... – negué con la cabeza – No sé cómo he estado tan ciega. Pero ya no lo estoy, he abierto los ojos. Y no quiero tener nada que ver contigo, nunca más – sentencié, antes de ponerme de pie y salir rápido de allí.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora