→ t w e l v e

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→ Faith

Al levantarme, como de costumbre, tanto Harry como Sandy seguían durmiendo. Bostecé, desperezándome, y apartando a Harry de mí, para poder levantarme de la cama. Crují alguno de mis huesos y volví a bostezar, algo cansada. Fui a mi móvil, que estaba cargándose en uno de los muebles, y miré la hora. Ya eran las doce del mediodía, pero nos habíamos acostado realmente tarde, así que no iba a despertarles aún. Vi varios mensajes de Bradley, en mi móvil, disculpándose porque la noche anterior estaba borracho. Yo simplemente rodé los ojos y le bloqueé. No quería saber nada más de él.

Desconecté mi móvil y salí del cuarto para irme a la cocina, allí vi a la madre de Harry, sirviéndose un café en un termo. Al verme, de manera inesperada, dio un pequeño respingo, ya que la asusté. Pero de inmediato me disculpé.

- Lo siento, Anne. No quería asustarte. Buenos días.

- No te preocupes cielo - sonrió -, es que pensaba que habíais ido a tu casa, como normalmente.

- Es que bebimos un poco... y mi casa estaba bastante más lejos, así que vinimos aquí - le expliqué.

- ¿Sandy y Harry siguen durmiendo?

- Sí, llegamos bastante tarde... - asentí.

- Yo tengo que irme. ¿Le dices a Harry que se pase por la panadería esta tarde?

- Claro - asentí, con una sonrisa.

- Adiós, cielo. Ten un buen día - me sonrió, dándome un beso en la frente.

- Adiós, Anne.

Anne salió rápido de casa y yo aproveché para también servirme un café, pero en una taza, y me senté en la mesa de la cocina, revisando varios mensajes en diferentes redes sociales y, luego, me quedé viendo las fotos que había por Instagram, hasta que Sandy entró en la cocina.

- Buenos días, bonita - sonrió, con los ojos achinados -. Cuanta luz hay aquí... - se quejó, cerrando las cortinas - Qué dolor de cabeza tengo, por dios.

- Es lo que pasa cuando te emborrachas tanto.

- Pff, no me acuerdo de la mitad de la fiesta - rió levemente, abriendo la nevera.

- Normal, ibas muy mal.

- Qué hambre tengo... - se quejó, agarrando su barriga - Menos mal que en esta casa hay muchas guarradas - sonrió, agarrando un trozo de tarta que había en la nevera -. Como amo que mi suegra sea panadera, te lo juro - dijo, mirando el pastel mientras se mordía el labio -. ¿Quieres un poco?

- No... no me apetece.

- Mejor, así no engordas - sonrió, sentándose a mi lado después de haber cogido una cuchara -. ¿Sabes qué? He soñado una cosa más rara - rió, empezando a comer.

- ¿El qué? - pregunté, dejando mi móvil sobre la mesa para prestarle atención a mi amiga.

- Que Harry y tú estabais liados - rió, antes de comer un gran trozo del pastel -. ¿Te imaginas? ¡Qué locura! - rió más fuerte.

- Sí... - dije, tratando de fingir que yo también reía - Qué tonterías sueñas...

- Uhm... ¡qué bueno está esto, por dios! - exclamó - Voy a mudarme aquí.

- Buenos días... - gruñó Harry, con voz ronca y lenta, medio adormilado, entrando a la cocina llevando solo unos calzoncillos ajustados. Suspiré, apartando mis ojos de él. Sandy estaba a muy poco de descubrirnos.

- Buenos días, bubú - exclamó Sandy -. ¡Este pastel está delicioso! ¡Amo a tu madre! ¿Puedo quédarmela?

- Pues mira, no. Además, ese pastel lo hice yo.

Unholy TrinityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora